Las autoridades de la autoproclamada república de Nagorno Karabajun territorio separatista de Azerbaiyán con residentes armenios, anunció un cese de hostilidades a partir de este miércoles y aceptó su propio desarme.
El personal de las Fuerzas Armadas de la República de Armenia se ha retirado de la zona y afirman que mantendrán una reunión con representantes de las autoridades de Bakú y Nagorno Karabaj en la localidad de Yevlaj para abordar temas como la reintegración, las garantías de derechos y seguridad de los armenios en la zona. La cita será el 21 de septiembre.
Este cambio de postura se produce después de que Azerbaiyán iniciara este martes una operación militar por el ataque a su capital que atribuyen a Armenia. Esa rápida operación habría dejado al menos 32 muertos y 200 heridos, pero las autoridades de Karabaj creen que los muertos podrían ser muchos más. También ha habido evacuación de unas 7.000 personas.
Por la mañana unidades azerbaiyanas destruyeron Posiciones de combate, vehículos militares, artillería y lanzadores de misiles antiaéreos.estaciones de radioelectrónica y otros equipos militares de las grandes unidades de las Fuerzas Armadas de Armenia.
El conflicto de Nagorno Karabaj
Nagorno Karabaj se proclamó independiente en 1991 aunque no cuenta con reconocimiento internacional. Este alto el fuego se produce tras la propuesta de Rusia pero también La Unión Europea está interesada en mantener la calma en la zona después de que se incrementaran los acuerdos para importar gas de Azerbaiyán.
Este ataque de Bakú contra Nagorno Karabaj se produce después del bloqueo de diez meses por parte de las autoridades azerbaiyanas del Karabaj tras la cierre del corredor de Lachínla única ruta que unía la región con Armenia.
También ocurre tres años después de la última guerra por el control de la zona en 2020, en el que Azerbaiyán recuperó buena parte del territorio y que acabó con un alto el fuego mediado por Rusia, que desplegó fuerzas de paz y que la víspera instó a ambas partes a detener el derramamiento de sangre.
Para Armenia, esta operación azerbaiyana es una “limpieza étnica” y una forma de intentar hacerse con el control de las localidades que no logró liberar en esa guerra de 44 días.