Madrid es la comunidad autónoma con la tasa más alta de mortalidad por calor


El Empleo de Sanidad y la Comunidad de Madrid están analizando los factores que explican la entrada tasa de mortalidad atribuible al exceso de calor en esta autonomía, que el año pasado alcanzó 194 defunciones por 100.000 habitantes, muy alejada de la segunda, Galicia, que llegó a 120.

Así lo ha explicado el responsable de Lozanía y Cambio Climático en el Empleo de Sanidad e ingrediente del Observatorio de Lozanía y Cambio Climático, Héctor Tejero, que reconoce la preocupación de ambas administraciones por la signo de esta región. “Estamos estudiando qué factores concretos hay”, ha asegurado Tejero, que cree que una de las explicaciones podría ser que Madrid, con un gran número de grandes ciudades, es uno de los lugares con más islas de calor, un engendro meteorológico que se traduce en un aumento de la temperatura en áreas urbanas, generalmente por la incertidumbre, por el calor acumulado durante el día en ciertos rudimentos.

Según el arqueo del Plan Doméstico de Actuaciones Preventivas del Exceso de Temperatura en la Lozanía 2023 publicado recientemente por el Empleo de Sanidad, entre el 15 de mayo y el 30 de septiembre de 2023 murieron 3.009 personas como consecuencia de las altas temperaturas, 24 de ellas por cachete de calor. El de 2023 fue el tercer verano más mortal desde que se tienen registros, solo superado por el histórico de 2003 (6.570) y 2022 (4.789). El 90 % de los fallecidos tenía más de 74 abriles.

Tras Madrid, donde se produjeron 409 muertes achacables al calor (194 por 100.000 habitantes), y Galicia, donde hubo 317 (121 por 100.000), se situaron Cataluña (290 defunciones, 52 por 100.000) y Castilla y Arrogante (284; 47 por 100.000). Donde menos, Baleares, cuya tasa fue de 0, y La Rioja, Murcia y Navarra, que llegaron a 3 por 100.000.

Aunque el impacto de las sucesivas olas de calor del verano de 2023 fue muy heterogéneo según la comunidad, el Empleo ha detectado un patrón en el que las provincias del oeste tienen decano tasa de defunciones atribuibles a temperatura.

En Galicia y Castilla y Arrogante, explica el versado en cambio climático, confluyen factores sociodemográficos, ya que son comunidades con la población más envejecida que el resto y, luego, más desvalido a los género del calor.

Hay zonas más habituadas a las altas temperaturas

Porque hay otro aspecto secreto, añade, y es la civilización del calor; de hecho, las zonas más habituadas a las altas temperaturas son las que menos mortalidad sufren. “El multiplicador que más explica la mortalidad en las regiones es la acomodo de la familia al calor”, de modo que se muere más “donde no saben qué consejos seguir, donde las ciudades no están adaptadas, donde los edificios y las casas no tienen garbo acondicionado o ventilador”.

Las ciudades sin sombras o refugios climáticos y que son “puro cemento” son lugares “hostiles y peores para la vigor” y, en este sentido, el caso concreto de la ciudad de Madrid “es muy particular”.

Un estudio del Instituto de Lozanía Carlos III reveló, por ejemplo, que la diferencia de temperatura entre el centro de Madrid y el la periferia es de 7,1 grados. “Creo que todos debemos ir en la dirección contraria, que es la que tiene París u otras ciudades más peatonales, más para la bici, con muchas más sombras y donde hay refugios climáticos”, concluye.

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