Quizá no exista una playa que sea concurrida donde no se practique algún tipo de deporte de ocio, ya sea con un balón de playa o con las típicas palas. Quienes lo hacen, suelen hacerlo muy cerca de la orilla del mar. Ahí los pies no sufren con las quemaduras que aparecerían arena adentro, y por otra parte es la zona más fresca para cuando el cuerpo entra en calor con tanto prueba. El chapuzón está a un brinco.
Precisamente por esas mismas razones, y porque adaptado ahí no pueden clavarse sombrillas ni posarse toallas, pasean miles y miles de veraneantes. Columnas de cuerpos tostados al sol que se mueven de un costado para otro para estirar las piernas y relajarse con la brisa del mar. Como si solo fuera una zona de tránsito tanto para ir al agua como para pasear cercano a ella. Pero claro, ¿qué pasa cuándo se topan con los que juegan en esa zona? Pelotazo, choque provocado por alguno que sólo mira el balón o hasta imposibilidad de acaecer con tanto obstáculo.
Por todo ello el consistorio de Málaga ha decido considerar esa maña como una conduta incívica. Tan en serio se lo han tomado que ha quedado redactada como norma en una ordenamiento municipal. No se puede aturdir al bañista ni al que pasea. Y poca broma con ello, porque las multas tienen una horquilla de castigo económica muy amplia, van desde los 300 hasta los 3.000 euros. Puede que sea hasta más del presupuesto del verano. Desde el consistorio malagueño entienden que ya hay zonas habilitadas para el deporte, pero claro, no está en la orilla.
Playas de Málaga más concurridas
La vigilancia puede ser más intensa en aquellas playas donde más bañistas haya. Las más concurridas de la caudal de la Costa del Sol son la del Palo, fue famosa por los deliciosos y autóctonos espetos de sardinas; la de Pedregalejo, incluso célebre por los mismos motivos; los Baños del Carmen, con su espectacular baños magullado por las olas; La Malagueta, una de las más grandes y más cercana al centro de la ciudad; San Andrés, cercano al populoso barriada de Huelin; La Misericordia, conocida por los embates de las olas del melillero, el buque comercial que cada vez que pasa genera una marea que ha llegado a inutilizar móviles de incautos que se descansaban cercano a la orilla; y Sacaba, que como su nombre indica, está al conclusión de la desembocadura del Guadalhorce. Aquí quizá hagan más la apariencia gorda, pero no hay que confiarse.
Otras multas del verano
Por razones sanitarias, que prohibida la cesión ambulante de alimentos. Y si aprietan las deyección fisiológicas, hay baños habilitados en el playa. De hacerlo en el arenal o en el mar, las multas son de 300 euros. Civismo y educación para que todos podamos disfrutar de un buen verano cercano al mar.
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