Aunque nunca se trató directamente, la fallida moción de censura apareció varias veces durante los debates del pleno municipal. Hasta el punto de que el corregidor, Gonzalo Jácome, tuvo que hacer llamadas para que los ediles volviesen a las cuestiones que se estaban tratando.
Las acusaciones al Partido Popular fueron constantes desde el manifestación, hexaedro que el asunto que destruyó el “Pacto da Concordia” no fue de los primeros en tratarse. Hasta ganar a ese momento, tanto BNG como PSOE conminaron a los populares a proseguir ese incomunicación y retornar a la mesa de negociaciones. El primero fue el portavoz nacionalista, Luis Seara, quien afirmaba que “se o problema é negociar un software, pechámonos nunha sala e non nos levantamos ata que academos un acordo de goberno e orzamentario”, a lo que respondía la popular Ana Méndez que “non aprende vostede a dar explicacións sen insultar ó respeto”, y recordando una vez más el veto a un posible corregidor popular.
Llegado el punto de reanimar el reparo de las luces de Navidad, correspondió todavía a Méndez explicar la renuncia popular, que facilitó el sublevación. La regidor afirmó que “PSOE e BNG tentan converter este expediente nun pertrechos arroxadiza contra o PP, esquecendo que ser concelleiro implica traballar pola cidade”, y presumiendo de acaecer conseguido es desbloqueo del cuota a proveedores. Finalmente cumplieron su palabra y con su renuncia levantaron el reparo, lo que significa que el gobierno municipal podrá licitar el alumbrado navideño de este año pese a que aún no ha pagado ni las luces ni la tropa de 2023.
El PP se defiende
El cruce de reproches continuó a posteriori, cuando llegó el momento de batallar el compromiso del cuota a proveedores. La socialista María Fernández recordaba que no habían conseguido nadie, pues saldar las deudas se hará de forma cibernética al haberse aceptado definitivamente la baratija presupuestaria, que cierra el control financiero del año pasado con el gratitud de deudas, y facilita hacer las modificaciones de crédito necesarias para satisfacerlas. “Venderon o seu voto a cambio de poco que o Concello fai de oficio”, criticó Fernández. La respuesta llegó de manos de Noelia Pérez poco a posteriori, quien elaboró el discurso más duro de los populares. “Temos a sensación de que os dereitos son dereitos cando falan BNG e PSOE. Pedíronnos que firmásemos un papel sen poder simplón ou facer modificacións”, señaló Pérez. Luego cargó específicamente contra los nacionalistas acusándoles de “intentar romper poco que comezou mal” y cuestionándoles si estaban “de adorno” en la corporación, antaño de opinar que si la socialista Natalia González hubiera querido negociar en serio “non terían montado ese teatro, e negociarían como os seus compañeiros de Carballiño. Quen rachou con isto foron vostedes”, remataba la regidor del Partido Popular en narración al fin de las negociaciones que mantuvieron los dos últimos meses.
Atribuyen el retraso en el cuota a proveedores a 9.000 facturas eléctricas
En el interior de la parte económica del pleno, los grupos de la competición volvieron a pedir explicaciones por el hecho de que en Ourense las facturas pendientes se pagen a 140 días, siendo una de las ciudades que más tarda en cumplir con sus compromisos. La responsable de Facenda, Tamara Silva, atribuía ese retraso a 9.000 facturas de suministro eléctrico que la suministradora del Concello habría procesado de forma errónea, generando un tapón en el unidad. Silva afirmó estar negociando con la suministradora para solucionarlo
No existe expediente de contratación para el concierto de Celtas Cortos
El corregidor de Ourense, Gonzalo Jácome, reconoció durante el turno de ruegos y preguntas que no existe expediente de contratación para el concierto que Celtas Cortos celebró en las pasadas fiestas de Ourense. Jácome admitió que el Concello corrió con el consumición de instalación “del palco, las luces y la seguridad”, manteniendo el argumento de que entre el patrocinador y las barras de bebida se cubrió el gusto del categoría y el IVA, un total de 24.000 euros. Asimismo adelantó que para futuras fiestas tienen intención de subastar las barras.
El Concello meditará organizar un festival solo con grupos ourensanos
La música de Ourense tuvo su apartado de protagonismo durante el debate sobre el futuro del Espazo Lusquiños. El corregidor, Gonzalo Jácome, volvió a tirar de su ya conocido argumento de la escasa subvención a los conciertos de las formaciones locales en fiestas, pero se mostró amplio a estudiar la ordenamiento de un festival en el que solo participen grupos de Ourense, donde cada formación toque una o dos canciones. La idea partió de una propuesta del BNG, que el gobierno municipal estudiará incorporar en próximas celebraciones.