¿Qué es la alta costura?



El concepto

Departir de reincorporación costura es hacerlo de los más altos altares de la moda. Es la confección de prendas elevada a la categoría de arte, con vestimentas imposibles en las que las marcas despliegan sus habilidades y el “más difícil todavía” con la alfiler y el hilo. La pasada semana, los creadores que pertenecen a este selecto club desfilaron con sus propuestas por el único decorado del mundo en el que se permite esta demostración de diseño: París.

Frente al “prêt-à-porter” -que es la moda pensada para entregar y vestir a las calles-, la reincorporación costura no tiene como finalidad las ventas o mostrarse en ningún guardarropa. Las colecciones enmarcadas bajo este epígrafe -dos al año- se diseñan sólo pensando en las pasarelas encima de acorazar la imagen y publicidad de la propia marca. Serán actrices, cantantes y fashionistas del más detención nivel quienes tengan el privilegio de vestir estos diseños en entregas de premios, estrenos de películas o eventos tan destacados como la Garbo Met.

De este modo, hay que entender la reincorporación costura como una expresión artística, del mismo modo que lo hacemos con los cuadros de un museo. Su finalidad es exhibir el talento textil en su máxima expresión, tanto en las propias prendas como en el espectáculo que las rodea y adorna.

La historia

Porque para pertenecer al club de la “haute couture” es necesario cumplir una serie de requisitos establecidos por la “Chambre Syndicale de la Haute Couture”. Todo comenzó, en su sentido más ajustado, con María Antonieta y su diseñadora de prólogo, Rose Bertin. El estilo de Versalles no tardó en gritar la atención de las élites europeas, que acudían a París buscando su próximo gran vestido. Sin incautación, habría que esperar hasta mediados del siglo XIX y las propuestas de Charles Frederick Worth para fundar el concepto de reincorporación costura tal y como hoy lo conocemos.

Detrás de ella está la “Chambre Syndicale de la Haute Couture”, fundada en 1868, que se presenta a sí misma como la ”comisión reguladora que determina qué casas de moda son elegibles para ser verdaderas casas de reincorporación costura”. Su palabra es la primera, última y única válida para determinar quiénes sí y quiénes no pueden proclamar que confeccionan la moda más monopolio. Si no, no es reincorporación costura.

Los requisitos

Este entraña rector cuenta con una serie de parámetros para tomar esa valor, unos requisitos que se convierten en ley para las casas de moda que quieran tratar bajo su paraguas. Son: diseñar a medida para clientes privados con una o más pruebas de vestido, tener un “atelier” en París con, al menos, 20 empleados a tiempo completo y presentar una colección cada temporada compuesta por un leve de 50 diseños originales con prendas de día y sombra. Por otra parte de estas reglas, todavía es necesario que la confección sea realizada a mano, prácticamente en su totalidad y que en cada cámara se haya invertido un número leve de horas -que ronda las 500 para los vestidos largos-.

Entre quienes los cumplen y llevan primaveras formando parte de la registro de casas de reincorporación costura figuran los grandes de la moda: Chanel, Valentino, Arman, Elie Saab, Christian Dior, Balenciaga, Versace o Schiaparelli, si admisiblemente la Cámara sigue en averiguación de nuevos talentos para modernizar el concepto. Sin incautación, el negocio no es rentable y prácticamente no genera ingresos para las firmas, por lo que muchas han decidido o admisiblemente bajarse del carro o crear submarcas especializadas en reincorporación costura.

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