«Internet está dañando nuestras relaciones»


Han pasado casi 40 abriles de su primer disco: ‘The mask and the mirror’ (1994), y es motivo de una viaje europea (España, Alemania e Italia) que la trae mañana y el martes a las Noches del Fitólogo. Loreena McKennitt se empapó del folk de los abriles 60 y 70 en su mocedad, de Simon y Garfunkel, Joni Mitchell, Leonard Cohen. Pero además se inspiró en esa música folclórica más tradicional y, en particular, de la música irlandesa.

«Estaba encantada con esas músicas. A posteriori de asistir a una exposición en Venecia en 1990, descubrí que los celtas eran en sinceridad una vasta colección de tribus que se habían extendido por toda Europa y Asia Pequeño; decidí seguir la historia de los celtas como mi trampolín creativo, con la música folclórica tradicional irlandesa. Quería emprender mi propio alucinación de crear música que reflejara mi propio formación y descubrimiento y compartirlo con la clan», asegura a torrevieja news today McKennitt por videollamada. 

Reconoce que ella vive «a veces en una especie de burbuja divertida y que desconoce todo lo vigoroso que puede ser la música folclórica hoy en día»: «Hay muchos otros géneros. Internet ha expandido e incluso distorsionado lo que la música puede significar en nuestras vidas». Aunque admite que, por ejemplo, puede descubrir desde su casa música Gnawi de dos mujeres marroquíes. Lo folk en ella nace desde un sentido antropológico, como medio de capturar las historias de las personas, de las comunidades y su conexión con el mundo, y siente que está capturando poco «que es parte integral de tu propia vida y tu propia experiencia».

Tras el bachillerato empezó a cursar Veterinaria, pero dejó sus estudios tres meses posteriormente y pidió boleto prestado a su comunidad para hacer su primera cinta en 1985. Fue a tocar al mercado de St. Lawrence en Toronto y vendió sus casetes, se dio cuenta que había poco que conectaba con la clan. «Lo que nunca esperé es que el impacto fuera internacional», afirma. Recuerda que fue Ramón Trecet en Radiodifusión 3 quien ayudó a introducirla en España. «L a industria de la música se había convertido por entonces en una bestia muy ciega que veía los éxitos solo bajo un molde. En sinceridad, estaban privando al divulgado de tomar toda una tono de otras músicas», recuerda.

Nunca ha dejado de explorar y profundizar en lo que significa ser una persona espiritual. En los últimos abriles ha conectado con los pueblos indígenas de América del Meta, «que tienen una relación muy estrecha y sagrada con la tierra, con el mundo natural». «En una época de crisis climática, esto se convierte en parte de esa exploración», asevera. Observa que las religiones todavía «están basadas en títulos básicos como el acto sexual, la bondad, el perdón, la altruismo y el servicio a los demás»: «No se manejo de proceder la vida estando enfrentados, siendo territoriales y duros unos con otros. Es bueno simbolizar un camino de empatía. Eso está siendo particularmente un desafío en nuestro tiempo», subraya.

Unión con el mundo natural

Asegura que al alucinar y estar conectado con otras culturas te das cuenta de que las deyección de nuestra especie son más o menos las mismas: «Necesitamos ser amados, pertenecer, tener un sentido de autodeterminación, igualdad, etcétera. En las culturas antiguas e indígenas, se sabía que somos interdependientes: tenemos una relación simbiótica con el mundo natural. El espíritu de correspondencia surge a través de la cosmovisión indígena que está directamente conectada con el mundo natural, en particular con el agua. Si se eliminan todas las maquinaciones históricas, veríamos que todos somos pueblos indígenas. Todos tenemos esa carestia de conectarnos y reconectarnos con el mundo natural».

McKennitt desprende cercanía y humanidad. Y comenta un deseo para este mundo. «Tendríamos que seguir delante con mucha más humildad y correspondencia. Si tuviéramos menos arrogancia nos pondríamos en muy buena posición. Y estar muy atentos a cómo internet nos está armando a unos contra otros. Esa es otro tipo de fuerza colonizadora que está dañando nuestras relaciones».

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