«Se puede cuestionar todo, siempre que no se ofenda, humille o discrimine»


Elena Burés

Según los datos del Servicio del Interior, durante el extremo año, tras el estallido de la conflicto en Lazo, han incrementado un 77 por ciento las denuncias por antisemitismo. Desde insultos a llamadas amenazantes, o actos como la ocupación de un hotel de Barcelona, cuyo propietario es un magnate israelí. «Un insulto en una discusión no convierte el episodio en un delito de odio. Hace yerro que la víctima haya sido escogida por su pertenencia a un especie», precisa a torrevieja news today la fiscal Marta López Català, encargada de esta preparado en Barcelona, que apunta: «Cuestionar el Holocausto no tiene relevancia penal. Se puede cuestionar todo siempre que no se ofenda, humille o discrimine». En cambio, desmentir, trivializar gravemente, o enaltecer el delito de exterminación, cuando de este modo se promueva un clima de violencia, hostilidad, ridiculización u ofensa, o pronunciamientos que inciten a ello, sí es delictivo.

En el caso de los discursos de odio, incluso se valora la capacidad del emisor de influir en la audiencia y la difusión, tal y como fija el Plan de Acto Rabat. ¿Cómo se llega hasta quienes los perpetran? «Con periciales de inteligencia y pruebas de indicadores de polarización», explica. Más allá de informes policiales –relevantes sólo si se ha cometido algún delito similar– se constata, por ejemplo, si la persona ha proferido alguna manifestación de animadversión en dirección a un colectivo ‘antagonista’ por ejemplo, en sus perfiles de redes sociales.

Según los datos del Consejo Caudillo del Poder Legal (CGPJ), Cataluña concentra el 42 por ciento de los delitos de odio de España. «Aquí el sistema de registro es excelente, se detectan más casos que en otros lugares», precisa López Català, al frente de la Fiscalía pionera en esta materia, que arrancó su recorrido en 2009.

Mientras que los delitos de odio que responden a motivos ideológicos «han bajado harto», en comparación con los primaveras álgidos del ‘procés’, la fiscal sí ha detectado un incremento de los ataques contra personas de color indignado. Entre los últimos, el que perpetraron dos individuos, vinculados con movimientos supremacistas, en el metropolitano de Barcelona, donde increparon a una mujer por su origen. Es asegurar, actuaron con motivación xenófoba.

Los más vulnerables

¿Las víctimas más vulnerables? «Las de aporofobia», apunta. Se calcula que en el caso de los indigentes los niveles de infradenuncia son aún mayores que entre otros colectivos. Entre las agresiones que más se denuncian, las que se perpetran contra la comunidad LGTBI. Entre otros motivos, porque cuentan con redes de apoyo, como asociaciones. En los últimos tiempos, sobre todo entre menores, incluso han aumentado los casos de transfobia.


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