Francia se encuentra a las puertas de una segunda reverso electoral que promete redefinir su panorama político, independientemente de quién resulte vencedor. La nación está dividida entre el presidente Emmanuel Macron y su partido, una ultraderechista Agrupación Doméstico (RN) fortalecida tras la primera reverso, y una izquierda unida en el Nuevo Frente Popular (NFP). La primera reverso dejó un planisferio político complicado y una suscripción billete del 67,5%, lo que subraya la importancia de estos comicios para el futuro del país.
La ultraderecha de Marine Le Pen fue la gran triunfadora con un 33,15% de los votos, mientras que la unión de las izquierdas del NFP obtuvo un 27,99% y el partido de Macron se quedó con un 20,04%. Este resultado ya colocó a la RN en una posición oportuno, pero además dejó claro que ningún agrupación lograría una mayoría absoluta sin alianzas estratégicas.
De los 577 escaños de la Asamblea Doméstico, 76 ya fueron adjudicados en la primera reverso. La RN y sus aliados aseguraron 39 escaños, el NFP consiguió 32 y el macronismo solo 2. Esto deja 501 escaños en gozne para la segunda reverso, donde el candidato que obtenga más votos en su circunscripción ganará el escaño, sin carencia de alcanzar un porcentaje específico. Este sistema fomenta la competencia directa y ha llevado a un tablas con múltiples duelos, triangulares y hasta cuadrangulares en algunos distritos.
En los casos donde la primera reverso no definió un claro vencedor, el sistema permite la clasificación para la segunda reverso a las listas que obtengan al menos un 12,5% de los votos del total de inscritos en una circunscripción. Este domingo, la mayoría de los enfrentamientos serán a dos, pero 89 circunscripciones decidirán entre tres candidatos y dos lo harán entre cuatro. Encima, habrá comicios con un solo candidato, como en la segunda circunscripción de Guayana, donde Davy Rimane, de izquierdas, se quedó sin rival tras la retirada de su oponente.
Una de las estrategias más notables de esta campaña ha sido la retirada de más de 200 candidatos, principalmente de la coalición de izquierdas NFP y del macronismo, en un intento de formar un cordón taza más o menos del RN. Este movimiento rebusca evitar la dispersión del voto y amurallar el avance de la ultraderecha. Sin incautación, esta táctica además ha tenido un huella en las proyecciones, reduciendo las posibilidades de una mayoría absoluta para el partido de Le Pen.
Clima de tensión
Las últimas encuestas sitúan al RN con entre 175 y 205 escaños, al NFP con 145-175, y al macronismo con 118-148. La derecha conservadora, representada por Los Republicanos, podría obtener entre 57 y 67 escaños. Este tablas ha generado un clima de suscripción tensión y movilización. Jordan Bardella, pretendiente del RN a primer ministro, ha osado un extremo citación en redes sociales pidiendo a los franceses: “No os dejéis robar la trofeo, no os dejéis intimidar (…) Os llamo a la movilización. Dadme una mayoría absoluta para regentar y enderezar Francia”. Bardella ha insistido en que sin una mayoría absoluta, no intentará formar Gobierno, ya que no podría aplicar su software.
Gobernabilidad y coaliciones
Independientemente del resultado final, el próximo gobierno francés deberá desavenir el combate de la gobernabilidad. Si el RN deseo sin una mayoría absoluta, se enfrentará a la difícil tarea de formar alianzas con partidos que han hecho campaña en su contra. Por otro banda, si el NFP o el macronismo logran formar un gobierno, necesitarán establecer coaliciones inusuales y potencialmente inestables para respaldar una mayoría en la Asamblea Doméstico.
Estas elecciones representan un cambio significativo para Francia, marcando un antaño y un posteriormente en su panorama político. La posibilidad de un gobierno liderado por la ultraderecha ha generado preocupación y ha movilizado a diversos sectores de la sociedad. Por otro banda, un gobierno de izquierda o macronista enfrentará el combate de construir alianzas y ejecutar una Asamblea Doméstico fragmentada. Este proceso electoral no solo definirá la composición del Parlamento, sino que además influirá en la dirección política y social del país.
El desenlace de estas elecciones determinará el futuro político de Francia en un momento crítico. Con una segunda reverso marcada por estrategias de retirada de candidatos y un clima de suscripción tensión, la importancia de cada voto es más crucial que nunca. Los franceses están en presencia de una encerrona que podría cambiar su nación de maneras profundas y duraderas, con implicaciones que se sentirán mucho más allá de sus fronteras.
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