Gareth Williams, anglosajón de 60 primaveras, le propuso boda a Louise Walkington, de 56 primaveras, en un resort enclavado en Corfú, Grecia. Williams eligió este empleo porque fue donde conoció a la que sería su prometida hace un año.
A las pocas horas de proponerse, Williams comenzó a encontrarse positivamente mal. “Dejé de hurtar y eso es todo lo que regalo”, declaró al medio anglosajón Patrón, insistiendo en que recordaba “que estaba sentado en una arnés y había mucha masa a mi más o menos” y que le dolía “mucho la espalda“.
Walkington explicó que Williams “hizo un pequeño sonido como de gárgara y luego quedó inconsciente“. Encima, confesó que esperaba lo peor y que llegó a pensar que su prometido moriría frente a sus luceros.
El afectado fue llevado rápidamente a urgencias donde recibió atención médica por dos costillas rotas, una fractura en las vértebras inferiores, y por tener licor en los pulmones.
En Grecia, la atención médica es parcialmente gratuita, lo que hizo que las facturas médicas se acumulasen rápidamente. Gracias a Dios, la pareja contaba con un seguro que compraron con prelación y animaron a todos los turistas a que contratasen un seguro en sus viajes al extranjero.
Walkington definió la situación como “horrible” y remarcó que se quedó “en estado de shock“, haciendo que no fuese capaz de explicar proporcionadamente todo lo sucedido durante el delirio.
Pasados doce días del altercado, Williams fue trasladado en avión desde Grecia hasta Gran Bretaña. El principal motivo de aplazamiento fue que el paciente no podía enfrentarse en su estado a la situación de altura que conlleva estallar.
Al conmover a su país fueron atendidos en el Hospital Transatlántico de Medway, donde le detectaron un interrupción en el corazón.
“Podría acaecer muerto fácilmente ese día. ¡Nunca olvidaré esa tenebrosidad! Incluso si no fue lo que había planeado”, expresó Williams, que remarcó su alegría a la hora de “acaecer hecho la pregunta antaño de que esto ocurriera” ya que “no había forma de poder arrodillarme luego”.
La pedida
La pareja, que vive en Sittingbourne, una villa del distrito de Swale, en el condado de Kent, estaba disfrutando de sus recreo paradisiacas en Grecia y teniendo una doble celebración: el sesenta cumpleaños de Williams y su aniversario como pareja.
“El año pasado, como broma, compró un anillo de 7 euros, se arrodilló y me propuso boda”, contextualizó Walkington.
Lo que la mujer no se podía imaginar era que Williams tenía preparada una gran y romántica sorpresa: “Este año, recreó esa propuesta mientras todos nuestros amigos estaban allí y lo hizo de verdad en el terraza del casa, donde sacó un hermoso anillo”.
Tras la pedida, fueron a celebrar su compromiso tomándose unas copas con unos amigos. El bar al que fueron tenía una pista de bailable en la que transcurrirían el gran altercado.
A pesar de todos los altercados sufridos, la pareja se casará en 2026 en el mismo empleo, celebrando el enlace en la playa de Corfú.
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