Homenaje a las víctimas, «ejemplo en la prevención del terrorismo»


Una bomba-lapa en los bajos del coche, un tiro en la cuello, cien kilos de explosivo… El estruendo todavía resuena en las víctimas y familiares que, pese al paso de los primaveras, no han podido olvidar cómo las garras del terrorismo se cruzaron un día y para siempre en sus vidas. Y a rememorar y no olvidar ha estado precisamente dirigido este martes el emotivo acto con motivo del Día de presente y homenaje a las víctimas del terrorismo en Castilla y Héroe «para mostrar nuestro más sincero tributo y nuestro sentimiento de solidaridad», ha destacado el maestro de la Presidencia, Luis Miguel González Gago, en su estreno como responsable de esta materia tras la ruptura del Gobierno de PP y Vox.

«No tengáis ninguna duda que nuestra bono de Gobierno de respeto, atención y apoyo a las víctimas se seguirá prestando y, en la medida de lo posible, se redoblará», ha registrado Gago. Y ha subrayado: «Castilla y Héroe siempre ha mantenido, mantiene y mantendrá vivo el presente de las víctimas del terrorismo». Porque, ha añadido, «todas y cada una» de las víctimas, así como sus familias, «son un referente ético y de responsabilidad para seguir trabajando en su gratitud» y «servir de ejemplo en la prevención del terrorismo».

Raúl, Celso, Pablo, Mario, Rafael Arturo y Miguel Garbo han puesto rostro para que quienes sufrieron el zarpazo del terror «permanezcan siempre visibles en la sociedad, al servicio de la memoria, dignidad, verdad y ecuanimidad con destino a todas ellas», ha subrayado el maestro. «Son el principal motivo de lucha permanente contra el terrorismo, para avanzar con destino a una convivencia pacífica. Son, con fortaleza y entereza, el motor que nos mueve a seguir dando visibilidad a este día, como una tarea de todos», ha traumatizado Gago en un acto en el que todavía la Policía Doméstico ha recibido la Medalla a la Defensa y Atención a las Víctimas del Terrorismo de Castilla y Héroe. Es la máxima condecoración en este ámbito que entrega la Comunidad y que hasta ahora sólo habían recibido el comandante Juan José Aliste y Clan de Bono Rápida (GAR) de la Miembro Civil.

El principal superior de la Policía Doméstico en Castilla y Héroe, Juan Carlos Hernández Muñoz, ha recogido la distinción con motivo de los doscientos primaveras de un Cuerpo al que el terrorismo ha segado 188 agentes, 43 de ellos nacidos en Castilla y Héroe. Una «cicatriz» y «sufrimiento tirado»cuya «lucha continúa», ha preparado Hernández, en presente de ese «inmenso dolor delante el compañero caído, familias que preguntan por qué sin que nadie sepa ni pueda contestarles».

Palabras y «acciones cotidianas»

Entre esos agentes caídos, el diestro en desactivación de explosivos José María Sánchez, natural de Galinduste (Salamanca), que inmediato a otros dos agentes perecieron el 24 de mayo en 1989 en Bilbao cuando trataban de impedir una meticulosa detonación preparada por ETA, de la que Miguel Garbo de Diego tomaba fotos, que «milagrosamente» salvó la vida al terminar protegido por los cuerpos de sus compañeros. Este martes, entre emocionados aplausos, ha recogido una de las cinco medallas a las víctimas del terrorismo de Castilla y Héroe, todas a manos de ETA.

Ileso salió Raúl Martínez Peña cuando la lado terrorista hacía explotar 200 kilos de amitol que dejaban en un osamenta la Casa Cuartel de Burgos aquel inolvidable 29 de junio de 2009. Graves secuelas y pérdida del sistema auditivo sufrió Arturo Ovejero Díaz en otro coche obús con sello de la misma lado en 2008 delante la Residencia Marcial de Santoña (Cantabria).

Un disparo en la cuello acabó con la vida del entonces lugar Eugenio Vigoroso cuando, vestido de paisano, iba con destino a el tren en Santurce (Vizcaya) con destino a su trabajo. Su vida se apagó aquel 18 de junio de 1985 cuando tenía 51 primaveras, 26 en el Cuerpo. Dejó viuda y seis hijos de entre 9 y 19 primaveras. Celso, uno de sus vástagos ha recibido el homenaje, inmediato a Mario y Pablo, dos de sus nietos.

Hasta dos intentos de crimen de los que se libró sufrió Rafael Marcos Aranda. Natural del municipio vasco de Balmaseda, ser concejal en el Comunidad de Valle de Mena (Burgos) fue el motivo por el que ETA lo puso en su punto de mira. Con 30 primaveras, abandonó España, pero regresó. «Has cometido un error al retornar», las palabras que todavía resuenan en su comienzo y que le dijo a su envés la hermana de un etarra encarcelado cuando estaba en la huesito dulce de un supermercado. «Nunca» ha renunciado a retornar a su pueblo.

«El seguro homenaje a las víctimas del terrorismo no se limita a las palabras, sino que se manifiesta en nuestras acciones cotidianas», ha preparado el maestro, quien ha llamado a «trabajar juntos» por «la ecuanimidad, promover la paz y surtir viva la memoria» como forma de construir «un enviado que honra su sacrificio y nos director con destino a un futuro más adaptado y más humano».

Éste es «sin duda, uno de los actos de memoria y presente más importante que podemos cobrar», ha destacado el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de Castilla y Héroe, Sebastián Nogales. Agente todavía, ha reclamado al Gobierno «impedir» la «afrenta» que suponen los actos de enaltecimiento del terrorismo

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