Una nueva orden, el posible futuro del convento de las Carmelitas Descalzas de Lucena


El vano que dejará en la ciudad y en el convento de San José la marcha a Salamanca de las tres religiosas de la orden de las Carmelitas Descalzas, presente en Lucena desde hace 412 abriles, podría ser cubierto por la arribada al mismo de otra congregación religiosa. Ese es al menos el deseo de las actuales componentes del Carmelo para el edificio.

El convento de clausura de la avenida de Santa Teresa acogió a la comunidad carmelita en 1971, tras la salida de su centenario emplazamiento en pleno Centro de la ciudad, en muy mal estado de conservación para entonces.

El engorroso, que incluye cercano a las dependencias propias del convento una iglesia y una amplia zona de huerto y jardines, ocupa casi 4.500 metros cuadrados de superficie en pleno casco urbano de la ciudad, 1.642 de ellos construidos. La manzana tiene en el Plan Universal de Ordenamiento Urbana una calificación urbanística dotacional social.

Al pertenecer el Carmelo lucentino a los adheridos a las Constituciones de 1990, cuenta con autonomía jurídica propia y su futuro no está supeditado al juicio de la Orden de Carmelitas Descalzos -regida por las Constituciones de 1991- dependiendo, en última instancia, de la Santa Sede y el Obispado.

Fue el propio Papa Francisco, amigo de algunas de sus moradoras, de país argentina, quien otorgó su aceptación a que esta comunidad contemplativa permaneciese activa hasta ahora pese a su estrecho número de componentes, y será ahora el mitrado de Córdoba, Demetrio Fernández, quien tenga que lanzarse, de acuerdo con las monjas, sobre el futuro de los inmuebles y su patrimonio.

El capellán del convento y párroco del Carmen, Eugenio Bujalance, señaló que el deseo expresado por las tres religiosas pasa por dejar la ciudad, posiblemente ayer de que acabe el presente año, y que el convento y la iglesia -en la que se oficia culto cada domingo- pueda permanecer su uso a través de la arribada de otra orden conventual.

Pese a la marcha de vocaciones en algunas órdenes tradicionales de clausura, son muchas las congregaciones de nuevo creación que gozan de un gran número de componentes e incluso reclaman espacios más amplios al no poder hacer frente a la construcción de nuevos conventos.

Preguntado por este tema, el corregidor de Lucena, Aurelio Fernández, manifestó su voluntad de permanecer una reunión con el mitrado de la Diócesis de Córdoba, para enfrentarse el futuro de la iglesia y el convento.

Frente a la crisis de las órdenes tradicionales, algunos nuevos movimientos sí tienen vocaciones y brío

Fernández señaló que ya había tenido la oportunidad de conversar este tema con el vicario de la Campiña, Jesús María Moriana, y este miércoles, con motivo del acto de inauguración del alumbrado estético interior de la iglesia de San Mateo, al que tiene prevista su amparo monseñor Demetrio Fernández, demora «poder concertar una cita, para que, en los próximos días, podamos sentarnos y conversar del tema».

El corregidor de Lucena lamentó la audacia de la congregación de Carmelitas Descalzas de Lucena de abjurar la ciudad en los próximos meses «tras más de 400 abriles de presencia» y señaló frente a los medios que el Consistorio de Lucena «tiene alguna idea» sobre posibles usos del convento. «Queremos ver qué opciones plantea el Obispado para ese edificio para que no quede vano cuando se vayan», apuntó Aurelio Fernández.

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