Este martes, 16 de julio, el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria en Galicia desactiva en Vilanova de Arousa una estructura que distribuía cocaína en España y Portugal. Para la distribución de la droga por los territorios, eran utilizados vehículos con dobles fondos. El principal investigado y el conductor de uno de los vehículos se encuentran en prisión provisional, luego de su detención por delitos de tráfico de drogas y estructura criminal.
A estos, se suma un tercer investigado, no detenido, al que se le atribuye un delito de contrabando de géneros prohibidos en la zona de Lebrija, en Sevilla.
A posteriori de un mes en paradero desconocido, se presenta en el chancillería
A principios de junio, los encargados de la operación denominada “Patinete” desplegaron un activo en la autopista AP-9, donde interceptan el transporte con más de medio centenar de droga oculta en dobles fondos.
Para descubrir las caletas fue necesario un escáner de contenedores de la Aranceles de Vigo. El sistema de ocultación estaba instalado bajo los dos asientos delanteros, que se levantaban íntegramente con parte de la carrocería del transporte.
En ese momento, detienen al conductor pero el principal investigado sale a la fuga en una motocicleta. A posteriori de un mes en paradero desconocido, éste se presenta en el chancillería y es detenido.
Operación “Patinete”, activa por desplazamientos sospechosos
La operación, conocida como “Patinete”, arranca hace más de un año cuando el Servicio de Vigilancia Aduanera en Vigo detecta continuos desplazamientos a diversos puntos de la Península Ibérica por parte del principal investigado, conocido por su vinculación con el tráfico de drogas por vía marítima.
El movimiento hizo sospechar a los investigadores que estuviese, de nuevo, en activo internamente de la distribución doméstico de estupefacientes a partir de la presentación por la costa.
Distribución de la cocaína: cerca de vigésimo viajes
Durante las investigaciones, se detecta que la operativa de reparto utilizaba dos vehículos: uno como “lanzadera” y otro de carga. Con el fin de detectar los posibles controles policiales o seguimientos, los ocupantes del transporte “lanzadera” realizaban previamente el itinerario para avisar al transporte de carga y que éste se desviase de la ruta, retomándola en otro punto.
Internamente de la estructura, utilizaban diferentes vehículos, teléfonos móviles y aplicaciones encriptadas. Los investigadores acreditan que, en su actividad, la estructura habría realizado cerca de una veintena de viajes a diversos puntos de Portugal y del comarca castellano, como Asturias, Andalucía o Galicia.