Los dos partidos tienen que darse cuenta de que no se puede seguir dependiendo de los grupos nacionalistas


Alfonso Guerra Cuando llegó al poder en 1982 lanzó una profecía: “Ni la madre que la parió conocerá España” y más de 40 años después el exvicepresidente de Felipe González Creo “hasta cierto punto” que esto es lo que está pasando con el PSOE.

Alfonso Guerra ha tomado hoy Café con Susanna Griso y ha recordado que cuando Pedro Sánchez asumió como secretario general del partido dijo: “Este es el nuevo PSOE” y al exvicepresidente le sonó como “otro PSOE”. Guerra reconoce que “las nuevas generaciones tienen derecho a tener su propia estrategia”, pero advierte: “Tenemos derecho a expresar nuestra opinión, porque el delito de opinión no existe, en democracia no hay delito de opinión.”

Guerra le reprocha que “España no puede seguir así” e insta a los principales partidos políticos a romper ese vínculo de dependencia con los nacionalistas. “Los dos partidos tienen que darse cuenta de que no pueden seguir dependiendo de los grupos nacionalistas, que juntos todos los grupos nacionalistas tienen el 6% de los votos: el PNV tiene el 1,1% y ¡cómo gobiernan! eso no puede seguir así”. El que fue mano derecha de Felipe González insiste en que “los dos partidos, por el bien del país, tienen que intentar evitar la dependencia de pequeños grupos nacionalistas”.

Critica también que “España no puede estar continuamente pendiente de lo que pasa con Un hombre prófugo en Bruselas.“.

Pese a ser un deseo, Guerra no se muestra muy optimista con que PP y PSOE vengan a sentarse juntos y reparte las culpas a partes iguales entre ambos, “la culpa la tienen los que no se sientan”.

Considera la hipotética ley de amnistía que exige Puigdemont a cambio del apoyo de Junts a la investidura de Sánchez “un gravísimo error que se pagará caro” y señala también que de concederse Habría que hacerlo “por unanimidad”. “Si la sociedad decide que tenemos que hacer borrón y cuenta nueva para iniciar una nueva era democrática”, afirmó.

Además, en un ejercicio de autocrítica, asume como un error haber creído a los nacionalistas en su época. “Creímos a los nacionalistas cuando se hizo la Constitución y fuimos ingenuos, nos equivocamos. No estaban dispuestos a hacer lo que decían que estaban dispuestos a hacer” y explica: “Cuando se hizo la Constitución los partidos nacionales pusieron una tremenda pasión en que esta vez los partidos nacionalistas contribuyen a la creación del nuevo Estado, el Estado de Autonomía. Así que renunciamos a muchas cosas que, vistas desde el punto de vista actual, no deberíamos haber renunciado”.

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