La presión popular salva la fábrica Clesa, que será protegida como Bien de Interés Cultural


La antigua fábrica de Clesa en Fuencarral lleva muchos años bajo amenaza de desaparición. El edificio, obra del arquitecto Alejandro de la Sota, es un destacado ejemplo de construcción industrial del siglo XX. Durante décadas, el espacio ha estado desprotegido y se han acometido diferentes proyectos para construir zonas residenciales en ese espacio, mientras la sociedad civil se rebelaba y luchaba por su supervivencia. Hasta ayer, cuando el Gobierno regional acordó declararlo Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento, la máxima protección posible.

Después del cierre de la fábrica en 2012, cuando la empresa entró en quiebra, surgieron amenazas. La inmobiliaria Metrovacesa compró el terreno y planeó construir un complejo residencial en la zona. Pero entonces se desató una corriente en defensa del edificio, impulsada por la Fundación Alejandro de la Sota, y a la que se sumaron instituciones como Docomomo, el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y numerosos profesionales.

A pesar de su valor, la fábrica de Clesa no contaba con ningún tipo de protección. Y eso lo llevamos intentando desde hace años. Fueron numerosas las peticiones a favor de su declaración como Bien de Interés Cultural, entre ellas la del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) y la de la plataforma ciudadana Liebre por Gato-Salvar Clesa, que integraba asociaciones vecinales y patrimoniales. y la Fundación Alejandro de la Sota.

Sin embargo, el 9 de enero de este año, la dirección general de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid denegó esta declaración, a pesar de que contaba con el apoyo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de las Fundaciones Docodomo, Arquia y Contemporánea. Arquitectura. Contra esta desmentida, la plataforma Hare por Gato Salvar Clesa presentó un recurso que “no ha sido contestado”, explican en Madrid Ciudadanía y Patrimonio (MCyP). También se llevó a la Asamblea una proposición no de ley de apoyo a este Bien de Interés Cultural, que presentó Vox y votaron todos los grupos excepto el PP, que se abstuvo.

Un año más el Colegio de Arquitectos y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando refrendaron por escrito su apoyo a la declaración BIC, que también contó con el apoyo de tres prestigiosos historiadores internacionales especializados en arquitectura moderna: Kenneth Frampton, William JR Curtis y William Mann. .

Nuevo reporte

Ante esta presión sostenida, la Dirección General de Patrimonio Cultural decidió reconsiderar su primera postura y encargó el pasado mes de mayo un nuevo informe, que ha servido para sustentar la decisión de iniciar el expediente como BIC. Así se lo afirmó ayer el ministro de Cultura, Mariano de Paco, a la diputada socialista Mar Espinar, quien le interrogó sobre este asunto en el pleno de la Asamblea. Portavoces del colectivo Liebre por Gato Salvar Clesa se felicitaron ayer por el cambio de opinión oficial y por la decisión de dar finalmente protección a la fábrica de Clesa.

El espacio es, desde 2022, propiedad del Ayuntamiento de Madrid, que recuperó su titularidad. La nueva nave fusionará ciencia y cultura: 10.600 metros cuadrados para laboratorios y oficinas, 3.230 metros cuadrados de espacio cultural, dos auditorios para 500 personas, 800 metros cuadrados de coworking y una cafetería.

El objetivo es crear allí un ecosistema de innovación e intercambio de conocimiento a través de propuestas de divulgación científica y cultural, en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid y los tres hospitales, entre ellos: Ramón y Cajal, La Paz y Ruber. Internacional.

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