París ha inaugurado los Juegos Olímpicos de 2024 la tenebrosidad de este viernes 26 de junio. La ceremonia de tolerancia, empañada por la chaparrón, ha estado caracterizada por ser diferente en su totalidad. Su arriesgada ubicación y la forma del pebetero han sido algunos puntos esencia que convierten a Francia en un huésped flamante a la vez que inusual.
Esta ha sido la primera vez en la historia de la competición olímpica en la que la ceremonia inaugural no ha tenido oficio en un estadio. El río Sena fue el proscenio favorito para acoger el evento frente a una oleada de dudas por la calidad de las aguas de la caudal francesa y la dificultad organizativa para establecer un dispositivo de seguridad.
206 países navegaron en 96 embarcaciones por un trayecto de seis kilómetros entre el puente de Austerlitz y el de Iéna, calibrado entre los jardines del Trocadero y la torre Eiffel. Grecia ha sido el país encargado de destapar el desfile, tal y como marca la tradición olímpica, y el país huésped, de cerrarlo.
Simbología y guiños
El transcurso de la ceremonia se ha fragmentada en diez etapas en las que la presentación de países se ha alternado con el espectáculo. Este ha contado con vídeos sobre un relevista tapado de identidad desconocida, actuaciones de reconocidos cantantes y bailarines y una pasarela de moda. Todos ellos, haciendo guiños a los títulos y a la historia de Francia.
El país huésped ha hecho que los espectadores de la ceremonia hiciesen un trayecto a través de su civilización y arte. Francia ha hecho un visaje a icónicas obras como ‘El principito’, ‘El cheposo de Notre Dame’ o ‘Los Minions’.
Asimismo ha resaltado el papel del productos femíneo con un vídeo donde se presentaba a diez estatuas bañadas en oro de relevantes mujeres francesas, como la realizadora Alice Guy o la política y magistrada Simone Vell.
La historia francesa igualmente se ha manido representada por espectáculos musicales. Un asociación de heavy metal ha plasmado al Régimen del Terror y una ópera a La Revolución Francesa.
La ordenamiento francesa igualmente ha hecho un visaje a dos características de la caudal francesa como son la moda y el aprecio.
La atractivo de Celine Dion
La música ha sido uno de los pilares de esta ceremonia de tolerancia. La interpretación de ‘Los Miserables‘ o ‘Mouline Rouge‘ han sido unas de las interpretaciones más profundas de la inauguración en cuanto a su contexto histórico.
Lady Gaga ha sido la primera cantante de la inauguración, actuando con un espectáculo de cabaret en las orillas del Sena al más puro estilo francés. A la actor estadounidense la han precedido más cantantes como Aya Nakamura o Juliette Armanet.
No obstante, Celine Dion ha sido una de las sorpresas de la ceremonia al regresar a los escenarios tras dos primaveras. La cantante ha puesto el corchete final interpretando ‘Himne à l’Amour‘ de Édith Piaf, a los pies de la Torre Eiffel.
La sorpresa de Rafa Nadal
El secreto del posterior relevista se ha mantenido hasta el final de la ceremonia con un misterioso personaje encapuchado, al que desde el manifestación de la ceremonia se vio recorriendo París con la norte, por canales, calles, tejados y a través de las aguas del sena en un heroína plateado.
Los últimos relevistas han sido leyendas del deporte y del olimpismo como Zinedine Zidane, Rafael Nadal, Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis.
Finalmente, la norte olímpica se fue pasando de mano en mano y, en una carrera conjunta, Teddy Riner y Marie-José Perec han sido los encargados hacer aparecer la fogosidad olímpica al pebetero.
El pebetero, un planeta aerostático
La ubicación del pebetero ha sido otro de los grandes secretos de la ceremonia inaugural. El pebetero, en forma de planeta aerostático ha volado portando la fogosidad olímpica por el firmamento de la caudal francesa, y poniendo final a una inauguración que quedará grabada para la historia.
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