El corto sobre los novios asesinados por ETA que clama en Whatsapp


Compartido muchas veces, se pudo leer esta semana sobre el video que recorrió los chats de WhatsApp de miles de personas. Al abrirlo, muchos recordaron, o conocieron por primera vez, la historia de Antonio Ramírez Gallardo y Hortensia González Ruiz, una pareja de 24 y 20 años que vivían felices los últimos meses de preparativos antes de casarse cuando ETA tomó su vidas.

Unos encapuchados se plantaron delante de su Renault 5 en Beasáin (Guipúzcoa) y les dispararon con un subfusil Sten y una pistola Parabellum calibre 9 milímetros. Recibieron 18 disparos: ocho Antonio, 10 Hortensia. La bocina del vehículo siguió sonando durante 27 minutos sin que nadie acudiera a auxiliarlos.

Este viernes se proyecta en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián la entrevista documental de Jordi Évole al exjefe de ETA Josu Ternera, titulada ‘No me llames Ternera’, de Netflix. Paralelamente, en el Pequeño Estudio de Cine de Madrid, antes de cualquier proyección de cualquier película, se proyectará la producción de La Dalia Films, ’27 Minutos’. Desde su estreno en 2019 se ha visto en pequeños círculos y en algunas televisiones, pero esta semana superó las 270.000 visualizaciones en YouTube, saltando de móvil en móvil. Sus creadores calculan que en total medio millón de personas ya han visto el corto. Y todo, gracias a una campaña muy sencilla: el boca a boca virtual.

Su productor, José Luis Rancaño, lo envió a las asociaciones de víctimas del terrorismo, Policía y Guardia Civil y él mismo quedó abrumado por la cantidad de gente que lo difundió y lo entendió como un homenaje a las víctimas de la banda terrorista. «Estamos hablando de la plataforma audiovisual más grande del mundo, Netflix, y del festival de cine más importante de España y uno de los más importantes del mundo, como es San Sebastián, y el protagonista va a ser un jefe del grupo terrorista. ETA y un delincuente que estaría proscrito en cualquier otro país. ¿Cuál ha sido nuestra reacción? Bueno, intentar aprovechar la fuerza que nos dan las redes sociales y el apoyo que nos da la sociedad civil para que ese mismo día intentemos viralizarnos y nuestro corto sea visto”, dice el productor de cine José Luis Rancaño en un encuentro con torrevieja news today este jueves, en el Gran Hotel Inglés de Madrid.

El silencio de un pueblo.

El corto, idea de Rancaño y dirigido por Fernando González Gómez, no sólo recoge la historia de los ya conocidos como ‘novios de Cádiz’, sino que también refleja la espiral de silencio social que rodeó durante décadas los atentados de ETA. Una conversación entre un padre y un hijo, una joven que llora escondida detrás de una cortina sabiendo lo que ha pasado en la calle pero teme reaccionar, o la bocina interminable, ‘leitmotiv’ del metraje, transmiten diversa información y emociones al espectador. en menos de siete minutos. «Creo que las víctimas de ETA deberían tener un papel protagonista en nuestra sociedad. Tienen una doble condición, que a veces olvidamos. Son víctimas, pero también héroes porque murieron por nada. “Murieron para defender la libertad que todos disfrutamos”.

El joven Antonio era guardia civil. Natural de Tarifa (Cádiz), estuvo destinado en la localidad guipuzcoana de Ordizia. Su novia Hortensia, de San Roque, había abandonado la localidad gaditana para dirigirse al País Vasco con su hermana, también casada con un guardia civil. ETA le impidió ver más mundo. Los productores del corto estuvieron en contacto con su familia, que décadas después aún sufre su pérdida: «Cada vez que hemos proyectado el corto hemos sentido emoción y agradecimiento. Esto es lo que nos han dado los familiares de las víctimas o ellos directamente. No sé qué sienten cuando oyen hablar de este tipo de documentales como el que se van a proyectar en San Sebastián, pero imagina que eres hermano, hija, padre, nieto o amigo de uno de los asesinados por Josu Ternera. “Creo que el sentimiento debe ser de absoluta tristeza e indignación”, reflexiona Rancaño.

Grabado en Cantabria

’27 minutos’ no se grabó en Beasáin, sino en Cantabria, en distintos pueblos que se extienden en torno al río Nansa. «Es una de mis mayores frustraciones como productor. Quería grabar este reportaje en el pueblo del País Vasco donde ocurrieron los hechos, pero mis colaboradores de producción ejecutiva me recomendaron que no lo hiciera. Somos una productora independiente. Este cortometraje no cuenta con ayudas públicas, está financiado 100% con recursos de los productores y, como no queríamos tener ningún problema, como teníamos poco dinero y poco tiempo, decidimos rodarlo en la montaña de Cantabria. , donde nos recibieron de una manera maravillosa. “Pudimos contar lo que queríamos contar sin ningún tipo de problema”.

Los productores encontraron en la historia de Antonio, Hortensia y sus familiares todos los elementos que representan el dolor causado por ETA y por eso la eligieron como homenaje a las víctimas de la banda. Rancaño está convencido de estar “del lado de los buenos” centrándose en las víctimas y no en sus verdugos: “Cada uno es libre de expresar su creatividad como mejor le parezca, pero también tiene que ser responsable de las consecuencias de lo que expresa. Tenemos muy clara nuestra posición ideológica y también vamos a protestar por aquellas posiciones que creemos que no son adecuadas. A veces tenemos la sensación de que estamos en la resistencia, que estamos en minoría. No sé si somos pocos, pero creo que estamos en el lado correcto, en el lado de los buenos, así que vamos a seguir”, concluye.

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