Millones de euros en paraísos fiscales, mansiones, coches de fasto, empresas legales para blanquear fondos ilícitos del narcotráfico… y ahora asimismo criptomonedas. El postrer gran coscorrón del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) en Galicia, la operación ‘Frankenstein’, ha permitido confirmar que las organizaciones criminales optan cada vez más por cambiar en estas monedas virtuales para esconder su ganancia ilícito con el tráfico de drogas. En esta ocasión, encima, los investigadores se han topado con una novedad: una instalación en un trastero de un regional comercial del supuesto cabecilla para producir –’barrenar’– las criptomonedas.
El principal detenido, ahora en desenvolvimiento provisional, es un rancio conocido de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado: Braulio Vázquez, de 43 primaveras y natural de Vilanova de Arousa (Pontevedra), con una condena firme de nueve primaveras de prisión sobre sus espaldas por tráfico de cocaína, y protagonista de otro querella todavía en trámite, el del apresamiento en 2020 del narcobuque ‘Karar’, que no se prevé que quede manido para sentencia hasta finales de este año.
La pista: una multa sin acreditar
Los agentes de Aduanas tenían a Braulio Vázquez y a su estructura en el radar. La sentencia de la operación ‘Loureiro’ le impuso en septiembre de 2023 la mencionada condena de nueve primaveras de prisión, pero asimismo una multa de 433.000 euros, por sendos delitos de tráfico de drogas y pertenencia a clan criminal, que Vázquez no llegó nunca a abonar. Ese fue el detonante para que Vigilancia Aduanera desplegase durante meses una compleja operación de investigación de su patrimonio, que ha aflorado el emblanquecimiento de más de un millón de euros, supuestamente procedentes del narcotráfico.
La investigación de la dispositivo combinada de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria en Vigo se centró en las compras de patrimonio que este narcotraficante hizo entre 2004 y 2021 usando de testaferros a miembros de su propia tribu. El coscorrón policial se precipitó el 23 de julio y se saldó con la detención de Vázquez y la imputación de otras seis personas de su entorno más cercano. El judicatura ordenó el separación de un total de 15 inmuebles, que el supuesto cabecilla de la trama y su entorno no podrán traicionar ni traspasar mientras dure el proceso jurídico que ya está en marcha.
Se practicaron cinco entradas y registros en domicilios y locales de Vilanova de Arousa y Ribadumia (Pontevedra) relacionados con él y su tribu. Fue en esta última entrada donde se produjo el hallazgo más peculiar: en un trastero de un regional de máquinas de ‘vending’, propiedad del cabecilla de la trama, los agentes encontraron abundante material informático, incluida una veintena de tarjetas gráficas utilizadas para ‘barrenar’ criptomonedas, una actividad completamente constitucional si no se hiciese con fondos procedentes del narcotráfico.
Oportuno a la complejidad técnica, el Servicio de Vigilancia Aduanera ha encargado a peritos especialistas el examen del material intervenido. Fuentes de la investigación han explicado a torrevieja news today que el entorno de Vázquez llevaba tiempo invirtiendo en criptomonedas parte de los fondos supuestamente ganados con la droga, como una forma más de ocultar patrimonio. Una tendencia en auge en los últimos primaveras, practicada por otros narcotraficantes, que ahora la operación ‘Frankenstein’ contra Vázquez ha confirmado.
En un trastero
Sin retención, lo novedoso y que todavía es una intríngulis para los investigadores, según apuntan a este diario las mismas fuentes, son los motivos que han podido aguantar a este traficante a instalar esa infraestructura informática doméstica para producir moneda imaginario, una actividad que, si admisiblemente puede dar poco de parné, es insignificante comparado con las cantidades que manejan estas organizaciones. Podría ser correcto, tal vez, a un intento de cortada para convencer a los jueces de que parte del parné amasado con la droga procede del ‘minado’ de criptomonedas. En todo caso, esto es solo una hipótesis muy auténtico.
Braulio Vázquez forma parte de esa oleada de nuevos narcotraficantes gallegos que tomaron el refrendador a comienzos del siglo XXI. En los primaveras 2002 y 2003, con tan pronto como 21 primaveras, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado ya le seguían la pista por su supuesta vinculación con el tráfico de drogas.
El Servicio de Vigilancia Aduanera, en un comunicado emitido este miércoles, ha enmarcado la operación ‘Frankenstein’ en la intención de atacar el patrimonio de los narcotraficantes y desmontar sus estructuras financieras como la modo más efectiva de intentar destruir con estas organizaciones criminales. Otras instituciones, como la Fundación Galega contra o Narcotráfico o la misma Fiscalía Antidroga, llevan tiempo asimismo sosteniendo que ‘estrangular’ su patrimonio millonario es la mejor modo de combatir la daño social, económica y sanitaria que significa el tráfico de estupefacientes.