La esquistosomiasis sexo femenina (EGF) es una enfermedad parasitaria provocada por gusanos que se encuentran en lugares de agua estancada, como estanques y ríos. Esta enfermedad es causada por parásitos acuáticos del categoría Schistosoma, que penetran la piel cuando esta entra en contacto con agua contaminada. Una vez en el cuerpo, estos parásitos viajan a través del torrente sangriento y se alojan en los órganos reproductivos, donde ponen huevos. La presencia de estos huevos puede provocar inflamación crónica y daño en los tejidos afectados.
Entre los síntomas de la EGF se incluyen fiebre, dolor pélvico, secreciones sanguinolentas y picazón en los genitales similares a los que causan las infecciones de transmisión sexual, lo cual hace que se den, en muchos casos, diagnósticos erróneos. En caso de que esta enfermedad no se trate de forma adecuada, puede causar daños graves en los órganos reproductivos, como fibrosis y estenosis, encima de aumentar la susceptibilidad al VIH, ya que el daño de los tejidos puede proporcionar la entrada del virus.
La esquistosomiasis sexo femenina afecta a aproximadamente 56 millones de mujeres y niñas, la mayoría en el África subsahariana, no obstante, sigue siendo una condición en desconocida y desatendida. El medicamento praziquantel es muy efectivo contra esta enfermedad, sin incautación, la detección temprana es crucial para evitar complicaciones graves. La yerro de pruebas estandarizadas y la limitada conciencia sobre la enfermedad contribuyen a una descenso tasa de dictamen y tratamiento.
El sufrimiento de una agricultura keniana
Penina Kitsao, una agricultora de 33 abriles de Kilifi, Kenia, sufrió el impacto de la EGF durante un año. La agricultora dependía de un estanque tópico para cubrir todas las evacuación de agua de su grupo, y su sufrimiento comenzó con síntomas que los médicos simplemente trataron con medicamentos que aliviaban temporalmente el dolor. Kitsao se enfrentó a una gran dificultad para realizar sus tareas diarias y cuidar de su grupo mientras lidiaba con síntomas debilitantes. Los médicos a menudo le daban las mismas pastillas, que proporcionaban alivio solo temporal, y sus síntomas volvían con anciano intensidad.
Durante un chequeo rutinario para otra afección a Kitsao, finalmente le diagnosticaron con EGF. Tras percibir el dictamen, Kitsao empezó a percibir el tratamiento adecuado, pero la enfermedad ya había causado un daño significativo en su bienestar caudillo.
Kitsao incluso ha compartido su experiencia al cosechar agua del estanque, una tarea que realiza todos los días con gran precaución para evitar la reinfección. Su método coetáneo, tal y como recoge ‘The Guardian’, incluye utilizar un palo y un embudo improvisado para minimizar el contacto con el agua estancada, una ejercicio que ha recogido luego de tener sido incapaz de meterse directamente en el agua como solía hacer ayer de su dictamen.
Los grupos de defensa de los derechos de las mujeres han afirmado que, para topar los problemas que generan la FGS, los gobiernos deben centrarse en la prevención en división del tratamiento, proporcionando a las comunidades camino a agua potable y saneamiento adecuado. Los parásitos pueden eliminarse si se deja reposar el agua durante 24 horas ayer de su uso, pero muchos hogares no tienen espacio para almacenarla.
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