La política europea obligará a Alvise a reconstruirse


Hasta ahora, el principal logro de Alvise Pérez como eurodiputado es sobrevenir sido incluido en la tira en la que figura la decena de miembros más extravagantes de la cámara. Todas las referencias al nuevo eurodiputado gachupin y sus acompañantes vienen de su trayectoria en la política particular porque no tiene ninguna en la europea.

Por el momento, su primera valentía ha sido averiguar orfanato en un camarilla político más o menos compatible, sin duda consciente de las evidentes ventajas que supone frente a los inconvenientes de permanecer aislados. Ventajas político-institucionales, pero todavía económicas. El hecho es que posteriormente de analizar otras opciones, Luis ‘Alvise’ Pérez solicitó su ingreso en el camarilla de los Conservadores y Reformistas (ECR) que lidera ahora la italiana Giorgia Meloni y que podría considerarse como el más constructivo de los tres en los que se ha dividido la derecha radical y nacionalista. Aunque lo más probable es que esa solicitud sea aceptada, Alvise deberá cumplir con ciertas condiciones políticas que son obligatorias para todos los miembros del camarilla.

El propio camarilla ya advertía que la mesa aún ha de tomar la valentía en septiembre y que entonces valorarán si Pérez y los otros dos eurodiputados de Se Acabó la Fiesta (SALF), Diego Solier y Nora Tallo, cumplen con los parámetros del camarilla. Como explicaban sus portavoces, «la regla universal en el interior del ECR es que cualquier miembro del Parlamento Europeo que comparta nuestros títulos establecidos en la Manifiesto de Praga puede solicitar la adhesión», pero algunos cuadros del camarilla les reprochan que no lo hubieran hecho antiguamente, cuando todavía podía influir en el reparto de vicepresidencias y comisiones.

Pese a que Pérez no deja de confirmar que considera que su paso por el Parlamento Europeo es solamente una etapa instrumental para sus planes en España, ahora deberá comprometerse a admitir ciertos estándares que coinciden con sus posiciones y otros que no se ha planteado todavía. La testimonio de Praga proclama por ejemplo la defensa de la dispensado empresa y la mínima regulación, la desenvolvimiento individual y viejo responsabilidad personal y viejo rendición de cuentas democrática, con lo que probablemente estará de acuerdo. Sin requisa, no se le ha escuchado dialogar de la OTAN, cuya existencia se considera «un valencia primordial». Tendrá que especificar si se opone o no a que la UE tienda a reforzarse, poco que los miembros del camarilla rechazan.

Aterrizar en ECR es ahora la mejor opción para Alvise, sobre todo posteriormente de la ruptura de las hostilidades en España con Vox, que esta sesión ha decidido dejar este camarilla para sumarse al de los Patriotas que dirige el húngaro Viktor Orbán y que es en estos momentos el multiplicador más distorsionante de la política europea. Orbán ejerce la presidencia semestral y en motivo de bonificar los consensos entre los países miembros como le corresponde, su política es presionar sistemáticamente cualquier acuerdo. Cuanto más sensible sea el tema, mejor.

En cualquier caso, la posición política de ECR no ha sido hasta ahora siquiera el multiplicador colaborativo que se esperaba. El principal valencia de los tres diputados de SALF es precisamente el refuerzo algorítmico para el camarilla, aunque en el Parlamento Europeo no existe la disciplina de voto.

Según la experiencia de anteriores candidaturas ‘extravagantes’, se da por descontado que la visibilidad que le dará la Eurocámara tenderá a difuminarse y más si –como es previsible– prefiere enzarzarse en batalla internas españolas con otros eurodiputados de izquierda, todavía en escudriñamiento de notoriedad en un demarcación en el que es muy difícil lograrlo sin entrar en los vericuetos de la política comunitaria. En Estrasburgo, los intentos atípicos de vocear la atención suelen durar poco.

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