El Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo no llegó a su meta



El Consello de Contas reveló las anomalías que se produjeron en la contratación de las obras del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo y la posterior explotación de los servicios no clínicos por parte de esta misma concesionaria en todos los hospitales del dominio, como virginidad, mantenimiento, restauración y muchos otros.  En un documentación demoledor este organismo detalló una por una las cosas que se hicieron mal en ese proceso y destacó que el maniquí electo por la Xunta produjo un sobrecoste de 470 millones de euros, al no separar por un costado la obra y por otro la explotación de los mencionados servicios. Sin bloqueo, su prospección va más allá de las cuestiones legales, porque además concluye que la inversión que se hizo en este hospital no cumplió con los objetivos que se marcaban. El primero de ellos era responsabilizarse el incremento de población y para ello se hablaba de alcanzar las 2.000 camas, de las que más de 1.400 estarían en el Cunqueiro. Sin bloqueo, el masa de camas del dominio viguesa se reduce a una media de 1.300 (contando Cunqueiro, Meixoeiro y Nicolás Peña). En 2021 el total de camas fue de 1.321 (había 909 camas en el Cunqueiro, 344 en el Meixoeiro y 68 en el Nicolás Peña). En existencia el dominio tiene a día de hoy tan solo 80 camas más que en 2015, cabal antiguamente de que se produjese la transigencia del nuevo hospital, según este documentación.

Aumento de las intervenciones un 10%, no fue posible

Encima, los fortuna físicos del Enredado Hospitalario Vigués siquiera experimentaron el incremento esperado, puesto que por ejemplo solo añadió 3 quirófanos (en total son 36), con lo que no fue posible cumplir el objetivo de aumentar un 10% las intervenciones quirúrgicas. Tomando como narración el año 2014, con 34.829 operaciones, la meta era pasar las 38.300, pero nunca se logró. El año en el que estuvimos más cerca fue el 2019, con 37.000 cirugías.  A día de hoy sigue sin cumplirse.

Entre los fortuna que mejoraron están los paritorios, que se multiplicaron por cuatro (hoy son 12),  se duplicaron los puestos de despertar y creció el Hospital de Día aunque sigue siendo insuficiente y está a la paciencia de una nueva dotación. Capítulo a salvo merece el servicio de Urgencias, que en 2014 tenía 52 puestos repartidos entre el Meixoeiro y el antiguo Hospital Xeral (con salas de paciencia en pasillos estrechos tercermundistas), a los 141 puestos que había tras la transigencia del Cunqueiro y los 167 que quedaron finalmente tras la ampliación de espacios que exigió la pandemia en 2020. El servicio de Urgencias presentaba una tendencia descendente en su actividad en la última lapso (con la excepción del año 2019) y se movía en el entorno de los 180.000 casos, pero tras la pandemia está llegando a cifras de récord (205.000 pacientes en 2022), en parte por la situación de yerro de personal en los centros de sanidad que se venía denunciando públicamente desde 2018.

De la transigencia del Cunqueiro además se esperaba un aumento de los ingresos hospitalarios totales en el Enredado, con el objetivo de montar a los 49.600 anuales. Esto implicaría que se estaba operando más y que se reduciría la inventario de paciencia. Nunca se llegó a ese masa.

La actividad que sí creció fue la de las consultas externas (hubo 782.747 en 2021 y son 31.000 más que en 2014) o la diálisis.

Por posterior, la construcción del Cunqueiro además perseguía achicar el peso del hospital concertado Ribera Povisa (el objetivo para 2017 era descabalgar del 22% al 15%) y evitar que siguiera siendo centro de narración al que se debían derivar pacientes para la cirugía maxilofacial (a día de hoy el Meixoeiro está en proceso de crear este servicio) y los quemados. La Xunta paga casi 80 millones de euros anuales a Povisa por la actividad que le presta en el dominio de Vigo.

El Sergas argumentó que el tamaño “no podía ser asumido”

El tesina primordial del Cunqueiro contemplaba una superficie útil de 104.168 metros cuadrados. Era un documento previo de carácter obligatorio, pero no se respetó. La superficie se redujo en dos ocasiones: en el pliego de condiciones aparecían 11.000 metros cuadrados menos y una vez adjudicada la obra se recortaron otros 11.800 metros cuadrados de superficie hospitalaria. Sobre esto posterior, el Consello de Contas advierte que “contraviene los principios de igualdad de trato, de no discriminación, de concurrencia y de transparencia que debe regir la contratación pública”. El Sergas argumentaba que el tamaño previsto del Cunqueiro “no podía ser asumido ni por la plantilla ni sería viable por el incremento del pago corriente que supondría”. Para el Consello de Contas, se alcahuetería de “una modificación sustancial del entendimiento” que no se ajustaba a la ley y que afectaba al coste que tendrían servicios como virginidad, restauración o lavandería, desde ese momento con menos trabajo.

El maduro retazo se produjo en el dominio de hospitalización, que pasó de los 38.941 metros cuadrados previstos a 25.931 y que se corresponden con esa reducción de camas. El dominio ambulatoria perdió unos 6.000 metros cuadrados, rehabilitación se quedó con un tercio de la superficie prevista (hoy con 552 metros cuadrados), diagnosis por imagen se quedó en la fracción (de 4.405 metros cuadrados a 2.612) y los laboratorios pasaron de 7.242 a 1.963 metros porque se decidió sobrellevar el peso del servicio al Meixoeiro.Los quirófanos ganaron mil metros cuadrados y como novedad el hospital dejó sin uso 9.312 metros cuadrados para futuras ampliaciones.

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