«Los toledanos cada vez tienen menos miedo a ir al psicólogo»


Los problemas de lozanía mental no se toman receso. Esto lo saben perfectamente en Ceteco, una clínica de psicología en Toledo, liderada desde hace más de 30 abriles por Montserrat Díaz Duque. La fortaleza de este centro radica en el trabajo en equipo, en la incorporación de las terapias más innovadoras y avanzadas tanto en psicoterapia como en neurodesarrollo, como el neurofeedback. Y con terapeutas especializadas en diversas áreas de la psicología clínica.

Conversamos con una de ellas, la psicóloga María del Castillo Delgado, sobre los Trastornos de Conducta Alimentaria y las adiciones. En esta época del año, con decano exposición corporal, cambios de rutinas y planes sociales, los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) están en el punto de mira. Sin requisa, como advierte la psicóloga, estas enfermedades mentales graves, relacionadas con una conducta alterada res- pecto a los hábitos alimentarios, están presentes a lo desprendido del año. En Ceteco emplean métodos avanzados, con terapias individuales, grupales y familiares. Aclara que estos trastornos se manifiestan con diferentes síntomas, teniendo diversos diagnósticos, pero a su vez, una raíz global. Algunos de ellos son la anorexia, la voracidad, y el Trastorno por Atracones. «Son muchos los factores que desencadenan estas enfermedades: cambios en el cuerpo, sobre todo en adolescentes en período de incremento, o comentarios más o menos sutiles del entorno, sin mala intención, como: ‘No te pongas esto o aquello por la celulitis’. Otros buscan popularidad social, hacen una dieta, adelgazan y todo el mundo les dice lo guapos que están. Suelen ser personas muy exigentes, con miedo al rechazo y que sufren presión social». Todo se va complicando, llegando, en ocasiones, a ingresos hospitalarios. Por ello, el diagnosis precoz y la intervención temprana son secreto.

Terapias grupales

En esto trabaja María del Castillo, siempre en coordinación con médicos, endocrinos y psiquiatras. En la clínica, las terapias grupales funcionan muy perfectamente. «Es un espacio donde todas pueden cuchichear poco a poco de cómo se sienten, estar como iguales, comprenderse, no sentirse raras, y poder compartir problemas similares y unirse contra la enfermedad. Hemos empezado a realizar actividades fuera del centro, como ir a la piscina para exponerse todas juntas a sus miedos. Aunque al principio les resulta complicado, apoyándose se enfrentan y dan pasos más allá en su recuperación, convirtiéndose en una fuente de motivación». Este trabajo supone una «satisfacción tremenda». «Es emocionante ver los progresos en los pacientes y como poco a poco van alcanzando el bienestar. Como decía antiguamente, es un tratamiento desprendido y engorroso; incluso para la clan, por eso el cariño y apoyo son fundamentales», afirma la psicóloga. Por ello, se ha creado un conjunto de padres que comparten sus experiencias y les ayuda a sentirse acompañados en el proceso. María del Castillo incluso es diestro en adicciones, tanto vino, drogas, o el incremento de actitudes compulsivas como el coyuntura, sexo, compras, redes sociales o apuestas. En estos casos, cuesta mucho que la persona tome conciencia de que tiene un problema y incluso es difícil crear grupos de ayuda. Advierte sobre las apuestas online o en oficinas Codere, que aumentan en verano entre los más jóvenes que tienen más tiempo suelto. «Empiezas apostando dos euros, un día ganas 30 y te da un subidón que el cerebro asocia a que si apuestas, ganas, sin recapacitar las veces que has perdido, y se nos va de las manos. El funcionamiento de la anexión empieza con una obsesión: tengo que sospechar, tragar, o ir apañarse al camello. Se te mete en la inicio y no para. Le sigue la compulsión: y hasta que no lo consigues o juegas no se te va de la inicio ni desaparece el deseo físico de tenerlo o hacerlo», explica. Por eso recomienda que haya más conciencia de los riesgos que suponen estas conductas, tan normalizadas. La anexión, según expone, depende incluso de muchos factores: del entorno en el que te hayas criado, de tu concurrencia social y de factores genéticos.

El rumbo de la sociedad

De todos los problemas que ve a diario, lo que más le preocupa en estos momentos es «el rumbo que está tomando la sociedad, tanto en jóvenes como en adultos, porque al final los mayores somos el maniquí, y se ha normalizado mucho hábitos como tragar o fumar». Incluso señala el daño que las redes sociales están causando en la lozanía mental: «Están creando una rea- lidad ficticia que muestra vidas irreales, que dañan la autoestima y las relaciones sociales sanas. Crean expectativas que no son las que se necesitan para ser eficaz; tenemos aspiraciones de vida que nos llevan a apañarse siempre lo que no podemos tener, queremos obtener más, encontrar la pareja ideal, tener un gran conjunto de amigos, recorrer más… en vez de quedarnos con la ingenuidad que tenemos y conseguir las cosas poco a poco, ser felices con el presente, valorar a nuestros amigos aunque sean pocos, a nuestra pareja, clan, trabajo, nos guste más o menos, seguir creciendo, y quedarnos con lo que sí tenemos. Esto afecta a todas las generaciones, podemos permitirnos ser imperfectos y felices ». Como diestro en lozanía mental, destaca la importancia de la terapia psicológica y menos extralimitación de la receta, aunque a veces sea necesaria. Por eso, reclama más psicología en la sanidad y en atención primaria.

El costado positivo

En el costado positivo, María del Castillo destaca que la concurrencia, los toledanos, cada vez tiene menos miedo a presentarse al psicólogo. La pandemia destapó muchos problemas mentales ocultos que salieron a la luz por los cambios laborales, la reducción del concurrencia social, la soledad… y desde entonces, «se dispararon problemas que quizás antiguamente se estaban gestando y ahora pudieron aparecer; se ha empezado a cuchichear de lozanía mental, ha dejado de ser un tabú, la concurrencia se anima a pedir ayuda».

María del Castillo se ha especializado en trauma, apego y disociación, con formación EMDR. Aplica un embestida integral, buscando la raíz del problema y teniendo muy en cuenta el funcionamiento de todo su sistema.

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