Guillermo Hermoso de Mendoza, El Capea, Borja Jiménez y Victorino, a hombros en Villanueva de Córdoba

El jinete, a un gran nivel delante sus dos enemigos, demostró proyección sabiendo dar coherencia y continuidad a su doma delante dos enemigos de características dispares. Una oreja cortó al que abrió plaza, con el que se mostró sobrio y con empeño, marcando siempre para poder arribar. Al cuarto, lo desorejó en una mala pasada con más elegancia donde lució en banderillas aunque de modo intermitente.

El Capea obtuvo un apéndice delante el primer victorino que saltó al ruedo, si perfectamente el de beocio entidad. Labor voluntariosa donde anduvo aseado con la capa y templado con la soporte, destacando sobre el pitón derecho.

El botellín, que fue premiado con una revés al ruedo, de nombre Gardacho, dedujo una gran dimensión. Fue lidiado por el torero con empatía, concediendo siempre por uno y otro pitones. Animal con codicia y hidalguía que humilló con calidad y que fue toreando de principio a fin.

Jiménez cortó una oreja a cada uno de sus enemigos, si perfectamente, destacó anta el extremo. A su primero, lo medio con franqueza para alancear con finura ayer de practicar una mala pasada con temple a media mérito.

Cerró plaza con una gran mala pasada, sin calar del todo en el gradería ni la en la autoridad, pero mala pasada con empaque, profunda y de dimensión, donde demostró un gran nivel, especialmente con la siniestra.

Al final, la terna y el ranchero salieron a hombros en una tarde triunfal que ha supuesto el regreso de la actividad taurina luego de cinco abriles en la población cordobesa.

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