Un total de 14 autobuses, que cubren 32 líneas interurbanas de Castilla y León, comenzará a probar a principios de octubre el biocombustible avanzado 100 por ciento renovable que Repsol produce a partir de aceites de cocina, residuos agrícolas y forestales y grasas animales. Siete concesionarios participan en esta iniciativa que se llevará a cabo durante cuatro meses, con la que se estima que los vehículos seleccionados recorrerán 450.000 kilómetros, consumirán unos 40.000 litros mensuales y evitarán la emisión de 415 toneladas de CO2 a la atmósfera.
El Ministerio de Movilidad y Transformación Digital, Repsol, la Federación Castellano Leonesa de Transporte por Autobuses (Fecylbus), junto con las siete concesionarias -Alsa, Avanza, Linecar, Abagón, La Regional, Galo Álvarez y Zamora-Salamanca SA-, han firmado este viernes un protocolo de colaboración mediante el cual utilizarán diésel 100% renovable, a través de depósitos de 5.000 litros que se instalarán en sus puntos de repostaje. Este biocombustible avanzado no requiere adaptación de motores ni cambios en los sistemas de distribución y logística.
González Corral ha señalado que este “proyecto innovador”, que se presenta en el marco de la Semana Europea de la Movilidad, y que, según ha subrayado, se realizará de forma “completamente altruista” con el objetivo de fomentar el uso de combustibles renovables, que tienen emisiones netas y no requieren cambios en los vehículos ni en las redes de suministro.
La iniciativa, explicó, arranca a principios de octubrepor lo que los autobuses propulsados por este diésel de Repsol empezarán a circular a mediados de mes.
En ese sentido, el consejero ha señalado que En total se han elegido diez rutas de transporte regular; once provisión conjunta (escuela más demanda); siete de Transporte a la Demanda y cuatro de transporte metropolitano, distribuidos por todas las provincias, con el fin de comprobar los beneficios de este biocombustible avanzado.
González Corral ha añadido, en declaraciones recogidas por Ical, que evitará la emisión de dióxido de carbono, el equivalente a lo que sería la plantación de 2.000 árboles en Castilla y León, en línea con lo establecido por Naciones Unidas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Unión Europea.