El hombre quien se enfrentó a los trabajadoresindicó gritando que las vallas publicitarias que había colocado el establecimiento hotelero no eran válidas y que, en caso de que se colocaran en la acera, tendría que ser el Ayuntamiento el gerente para llevarlo a cabo.
“A ver, ¡que lo diga el Ayuntamiento, carajo! ¡El Ayuntamiento tendrá que decirlo!Que lo diga el Ayuntamiento, me cago en Dios!” Gritó el hombre, causando incredulidad en los trabajadores y las personas que estaban sentadas en la terraza. Al mismo tiempo, los autos que iban detrás de él empezaron a silbar por el atasco estaba provocando, lo que añadía más tensión a la escena.
Los empleados estaban indignados.
Tras la actitud agresiva del conductor por intentar aparcar su vehículo, los hosteleros empezaron a indignarse por la situación. Ellos gritaron “este fue el anterior, este fue el anterior!”, en alusión a un incidente que había ocurrido con la misma persona en horas de la mañana. En ese momento, el hombre subió a su vehículo y comenzó a dar marcha atrás, chocando contra una cerca con otro hombre.
Los hoteleros empezaron a señalan su comportamiento y le reprochan. “¡Me cago en la perra que te parió! ¡Me estás tomando el pie, pendejo!Tira hacia adelante o cortaré tus ruedas ahora mismo!” Gritó otro hombre, mientras el conductor continuaba retrocediendo para poder estacionar el auto en esa área.
Habían tenido un incidente en la mañana.
El incidente con el hombre comenzó por la mañana, cuando el chofer y el dueño del restaurante habían tenido una discusión en el que el propietario intentó echar al hombre del local por ser bajo la influencia del alcohol. Esto podría haber desencadenado un ‘venganza‘ del conductor, que volvió al bar esa misma tarde.