No volveré ni esposado, ni rendido


La revés de Carles Puigdemont podría ser inminente. Fue el pasado sábado cuando el expresidente de la Generalitat confirmó que volvería a España para el pleno de investidura del Parlament. Las fichas en el tablero catalán siguen moviéndose. El PSC de Illa ha acabado reunir los apoyos de ERC y los Comunes para ser investido, y este martes ha comenzado la ronda de consultas, marcando así el inicio de una semana esencia, que podría zanjar con la designación de un nuevo president.

El retorno del líder de Junts promete no ser pacífico. Si aceptablemente Puigdemont en una carta publicada en X defendió que “así como ir al destierro fue una valor política, retornar del destierro todavía lo es”, la presidenta de Junts, Laura Borràs ha aplicado para advertir que “el president no se dejará detener. No reconoce esa capacidad de los jueces para detenerlo”. Una revés que, por otra parte, amenaza con cargar la investidura.

Desde Espejo Manifiesto han querido analizar la cambio de la figura de Carles Puigdemont durante estos siete abriles de destierro, ya que el político se ha pasado obligado a reinventarse en función de la cambio del contexto político.

Siete abriles de destierro

Junto a remontarse al referéndum ilegal del 1 de octubre y el simulacro de enunciación de independencia. El antiguamente presidentse vio obligado a huir, cruzando la frontera en torno a Bélgica, escondido en un coche. Fue a continuación cuando la razón española emitió una orden de detención, que provocó su entrega a las autoridades flamencas. Acto seguido sería puesto en desenvolvimiento sin fianza.

Desde 2018 reside en la conocida como ‘Casa de la República‘, desde donde ha emitido declaraciones en las que advertía que “no volveré ni esposado, ni rendido delante de un enjuiciador gachupin”. Mientras tanto, en España, sus consejeros sí eran detenidos por un delito de sedición.

Durante estos abriles, Carlos Puigdemont llegó a encabezar las listas de Junts per Cat y prometió su regreso, pero el Tribunal Constitucional prohibió su investidura telemática. Como respuesta, el fugado optó por evitar una posible detención, a través de la designación de Quim Torra como sucesor.

Una segunda detención

En marzo de 2018 volvió a ser detenido, en esta ocasión al cruzar la frontera alemana, siendo puesto en desenvolvimiento poco a posteriori, ya que los tribunales no apreciaron un delito de alzamiento. Tan solo un año a posteriori, en esta ocasión, durante la campaña de las elecciones europeas, anunció una vez más su intención de retornar a Cataluña, poco nuevamente no pudo ejecutar, pese a contar la condición de Eurodiputado, y la inmunidad. En esos momentos todavía se conocieron las condenas a 9 y 13 abriles de prisión a los líderes del ‘procés‘ que no abandonaron el país.

En 2021, ya al frente de JuntsxCat Puigdemont vuelve a renunciar a la candidatura, en esta ocasión a crédito de Laura Borrás, mientras que en 2022 el Tribunal Universal de la Unión Europea avaló la retirada de la inmunidad al expresidente. De esta forma, durante estos siete abriles la ‘Casa de la República’ de Waterloo, ha presenciado reuniones entre rivales y simpatizantes políticos, así como se ha convertido en el epicentro de la gobernabilidad de España en los últimos meses.

Nicolás Maduro.

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