La investidura del socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat se acerca y el PP redobla sus avisos sobre las consecuencias que teme de su mandato, pactado con ERC a cambio de una serie de medidas entre las que está incluida el denominado cupo catalán.
Los populares han alertado por todos los medios posibles del peligro de un gobierno catalán presidido por los socialistas y condicionado por los independentistas. De hecho, ven con temor que la próxima plazo Illa se convierta en el presidente catalán con la dietario política «más independentista de la historia».
En el centro de la polémica se encuentra el prometido cupo catalán, contra el que el Partido Popular vehemencia a los presidentes autonómicos del PSOE a desobedecer por las consecuencias que pueda tener para las finanzas del resto de autonomías.
«Hago un convocatoria a los presidentes autonómicos socialistas para que pasen a la obra, se de dejen de buenas palabras y pasen a la obra. Que no permitan este atropello a la igualdad entre todos los españoles y la solidaridad entre comunidades autónomas», ha clamado este martes la portavoz de los populares en el Parlamento Europeo, la catalana Dolors Montserrat.
La ingenuidad es que el pacto hecho sabido con ERC ya levantó la polémica en el interior del PSOE sin pobreza de ningún convocatoria, aunque además es cierto que la protesta quedó en eso, en palabras, y los barones socialistas no han materializado su queja.
La dirigente popular avisa de que la investidura de Salvador Illa supondrá «un paso más» del PSOE «quebrando el Estado de derecho y la Constitución», poco que recuerda llega tras la reforma del Código Penal, la concesión de indultos a líderes del procés o la Ley de Remisión. «Ahora da un paso más y entrega una independencia fiscal que supondrá la independencia política», lamenta Montserrat.