Una ‘youtuber’, líder de una red de venta de anfetaminas para adelgazar


La Policía Doméstico, en colaboración con la Pelotón Civil, ha desmantelado una red internacional que metía por el aeropuerto de Barajas pastillas que se vendían como remedios para adelgazar pero que contenían un derivado de la anfetamina. Concretamente, sibutramina (un supresor del apetito). Fuentes del caso destacan que es la primera vez que se incautan píldoras con tan enorme cantidad de esta sustancia, el triple de lo conocido hasta ahora, explica a torrevieja news today un avezado de investigaciones sobre tráfico de medicamentos y dopaje de la UDEV Central. Es una de las sustancias psicoactivas más peligrosas, que va directa al cerebro y capaz de provocar la homicidio y paros cardíacos. Los agentes han incautado de 500.000 dosis y ha arrestado a 20 personas en Madrid, Málaga y Bomba. Entre ellas, está la cabecilla, una ‘youtuber’ que cuenta con una clínica estética en la ciudad de la Alhambra.

El ‘modus operandi’ de captación de clientes era el más usado, probablemente, en la mayoría de los casos de fraudes en la hogaño: las redes sociales y sitios web. La propia líder alardeaba de los mercadería extremos que tenían sobre la pérdida de sebo; en sus vídeos, decía incluso que el producto contaba con todos los beneplácitos de las autoridades sanitarias y llegaba a subir el precio conforme se acercaba el verano; es opinar, cuando mucha familia comienza la famosa ‘operación bikini’.

Contaba con una red de distribuidores de segundo y tercer escalón que se contaban por centenares; la veintena arrestada son los más importantes, aunque, pese a la delación de delitos contra la lozanía pública, la autoridad contencioso ha tenido a acertadamente dejarlos a todos en soltura a la demora de motivo.

La mafia importaba las pastillas (en ocasiones, ya empaquetadas, y otras veces en blísters sin caja) desde Turquía, donde estaba la distribuidora, Soraya. Llegaban a Madrid por vía aérea, mediante envíos de paquetería. Así es como las ofrecían como un complemento alimenticio para perder peso y con esa apariencia. De hecho, los envases eran muy similares a los que se pueden encontrar en las farmacias donde sí se dispensan productos reales y fiables. En los cuatro registros realizados han sido intervenidos todavía 200.000 euros en efectivo, encima de un pertrechos de fuego y sustancia narcótico.

La operación Butterfly se inició el pasado mes de febrero, cuando la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios avisaron de que habían descubierto que se estaban vendiendo estas pastillas con el compuesto prohibido. Paralelamente, los investigadores detectaron que ya había distintas denuncias de clientes que habían presentado problemas de lozanía por la ingesta del fraudulento producto.

Las pesquisas policiales permitieron a los investigadores conocer de modo exhaustiva el funcionamiento de la estructura, logrando encima identificar a la totalidad de los miembros que la conformaban. La red, amparándose en el anonimato de internet, habrían aportado datos falsos para «dificultar una posible movimiento policial».

Todos los detenidos son españoles y la receptora de la mercancía era la falsa doctora de estética. Desde su clínica se comunicaba con los fabricantes, les facilitaban datos de personas vinculadas con la estructura criminal que se encargaban de la adquisición y distribución de las pastillas.

En el aeropuerto de Barajas se interceptó una remesa, con un peso de 120 kilos, que venía en cuatro maletas con otros productos cosméticos. Adicionalmente, una de las líderes de la estructura criminal denunció que parte de los integrantes, mediante la estafa del azotado, le habían dejado una deuda de 460.000 euros en la transacción de este tipo de enseres. Los agentes pudieron constatar así la relación existente entre la jefa y el resto de miembros de la estructura, algunos familiares de Soraya.

Finalmente, tras poner caras y nombres a la estructura de la partida y frente a el espinoso peligro que suponía para la lozanía de posibles consumidores, los agentes culminaron la investigación con la realización de cuatro registros en las provincias de Málaga, Bomba y Madrid. En ellas se incautaron de casi 10 kilogramos de estupefacientes, un pertrechos de fuego, más de 500.000 pastillas, un transporte de adhesión variedad y 200.000 euros. Se les acusa de delitos contra la lozanía pública, contra los consumidores, enlucido de capitales, estafa y pertenencia a estructura criminal.

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