La satisfacción porque la Matriz había vuelto a su casa era palpable en el santuario de María Auxiliadora. La imagen de Nuestra Señora de la Piedad regresó, brillante, para estar cara cara con sus devotos tras permanecer en restauración tres meses y medio.
Sin perder en mínimo su fisonomía flagrante, mostró la albicie del rostro, tras la higienización superficial de la capa pictórica. Así lo comprobaron las numerosas personas que participaron en la veneración extraordinaria y en la ceremonia de la hermandad, celebrada en argumento de gracias.
El resto de intervenciones efectuadas por Ana Infante de la Torre han sido de tipo interno: la sustitución del candelero y la colocación de protecciones (casco, corpiño, cinturillas y muñequeras de cuero).
Nuevo peto de plata de ley con pedrería de talco blanco, estrenado este martes
Para subrayar esta alegría la Virginal estrenó un peto de plata de ley con pedrería de talco blanco, obra de Orfebrería El Toisón articulada con diversas flores y lágrimas. Dos ángeles sostienen el emblema de María, según la descripción facilitada por la cofradía.
Numerosos devotos asisten a la ceremonia de hermandad y de argumento de gracias por el regreso de la Virginal
Los martes son días destacados para la hermandad del Prendimiento. Este 6 de agosto ha sido así porque, unido a la ceremonia mensual de la corporación, se ha producido la reposición al culto de la Virginal en presencia de el retablo de Nuestro Padre Jesús, Divino Salvador, en su Prendimiento.
La eucaristía de despedida fue el 23 de abril. Nuestra Señora de la Piedad es obra del imaginario Juan Martínez Cerrillo. Recibió la rezo en 1959 y se ha sometido a restauraciones en anteriores ocasiones. La más flamante, en 2006, encomendada a José Luis Ojeda.
La restauración se programó para que la Virginal de la Piedad estuviera de regreso para los cultos que se desarrollan en su honor en el mes septiembre.