El Comunidad de Córdoba anunció este miércoles que el avión cultural de Miraflores emprenderá su posterior planeo, con su retirada de este alegórico espacio. La historia de la aeroplano tiene su miga. En marzo de 2011, fue trasladada desde el Aeropuerto hasta el Azotea del Guadalquivir en su parte más al sur, frente al Enrique Puga.
Las expectativas sobre los proyectos que se podrían resistir a angla en este nuevo espacio eran altas y las propuestas variadas. Costó 90.000 euros todo el procedimiento hasta que la aeroplano quedó colocada sobre un pequeño montículo del parque notorio con el logo de la Capitalidad fallida. Eran los tiempos en los que Córdoba aspiraba a ser Caudal Cultural Europa y el cogobierno de IU y PSOE -con el fallecido Andrés Ocaña al frente del Comunidad- organizó una caravana de motos desde el aeropuerto hasta el Azotea del Guadalquivir para transportar el aeroplano.
Sin secuestro, el tiempo pasó y el avión, tras perder Córdoba la Capitalidad, que fue para San Sebastián, se quedó sucio y sin uso. En un principio, la corporación de IU y PSOE, que fue la que ideó la propuesta del «avión cultural» como centro de exposiciones, conferencias y proyecciones audiovisuales, entre otras, pasó el refrendador al PP, que ganó las elecciones en mayo de 2011. Los populares no incluyeron este esquema entre los prioritarios en su memorándum, si correctamente en 2012 se llegó a asignar su explotación a una empresa que quería hacer de él una cafetería con teatro con capacidad para 450 personas, pero el esquema nunca se llegó a culminar.
Desde entonces, el DC-7 ha sido okupado en varias ocasiones y hasta ha sufrido actos vandálicos. El Consistorio optó por sellarlo para evitar que el avión fuera destrozado. Incluso en el pasado mandato, Urbanística llegó a plantearse su desmontaje y desgüace. Ahora, 13 abriles luego de iniciar su planeo a ninguna parte aterrizará en la ingenuidad de su desaparición del pasaje de la ciudad.