Puigdemont ya se encuentra en España. El expresidente de la Generalitatha aparecido poco ayer de las 09:00 horas de las mañana frente al Meta del Triunfo de Barcelona, y rodeado por decenas de simpatizantes entre aplausos y gritos de ‘president’. Tras siete primaveras de extrañamiento, el líder de Junts ha pronunciado un discurso donde ha instado a no renunciar a la autodeterminación de Cataluña, ya que, según afirma, es un derecho que pertenece a los pueblos: “He venido aquí para recordarles que aún estamos aquí”.
Tras el discurso ha comenzado una marcha en dirección a el Parlament de Cataluña, donde a las 10:00 horas estaba previsto que comenzara el pleno de investidura de socialista Salvador Illa, como presidente de la Generalitat. Está por persona si finalmente se verá retrasado. El PSC cuenta con los apoyos de ERC, y los Comunes.
Desde el plató de Espejo Manifiesto se encuentran siguiendo la última hora de esta presentación de Puigdemont a España. El director de La Razón, Paco Marhuenda se encuentra entre los colaboradores del software, y al ser preguntado sobre cómo definiría la situación, el periodista ha asegurado que: “Forma parte de lo que es la normalidad de la logística del nacionalismo catalán. En primer oficio, la diligencia de los Mossos tiene que ser proporcional, lo que no pueden hacer es costar los Mossos d’Esquadra un follón porque se intentan detener violentamente al presidente de la Generalitat (…) merece un respeto institucional, no está condenado (…) entonces los Mossos lo que están intentando es que esto no se desmadre”, explica.
“Un error de Madrid”
“Yo creo que hay un error de Madrid, expresamente, de pensar que este hombre está fracasado. Es aseverar, Moncloa se dedica a aseverar a todo el mundo lo que quiere escuchar, de que está fracasado, que va a ir a la mazmorra, y que luego en Junts habrá una epifanía y surgirá un líder que podrá negociar, no” descarta Marhuenda.
El director asegura que Puigdemont es un hombre inteligente, “no hay que menospreciar nunca al rival”, aun así, afirma que “él está con ganas de ir a la mazmorra, no le importa, es aseverar, cuando hablas con él, pues lo que transmite es que volverá a pedir cuadernos para poder escribir. Él estuvo en la mazmorra ya”, recuerda.
El líder de Junts permaneció de forma provisional en una prisión alemana cerca de 15 días. La detención se produjo como consecuencia de la reactivación de la orden de arresto expedida por el Tribunal Supremo.
