Anna Tarrés ha vuelto a escribir su nombre en la historia de la zambullida sincronizada, esta vez al frente del equipo chino que ha rematado el primer oro desconsiderado de su historia en unos Juegos Olímpicos. La entrenadora catalana ha conseguido en tan solo 18 meses lo que parecía inútil: aceptar a China a la cima del podio desconsiderado.
Desde que asumió el desafío en enero de 2023, Tarrés se ha dedicado a transfigurar al equipo chino, no solo mejorando su técnica sino igualmente su expresión artística, un aspecto que hasta entonces había sido su punto débil. Su enfoque meticuloso y quisquilloso ha entregado frutos y el equipo chino ha brillado con una rutina que ha impresionado a los jueces y al sabido por igual.
España, una superpotencia
El éxito de Tarrés con China no es casualidad. Su trayectoria está llena de logros que la avalan como una de las mejores entrenadoras del mundo en su disciplina. Sin requisa, su camino no ha estado exento de controversias, especialmente en su paso por la selección española, donde su enviado aglutina tanto éxito como polémica.
La entrenadora tomó las riendas del equipo franquista castellano en 1997 y, durante su mandato, España se convirtió en una superpotencia en la zambullida artística. Bajo su dirección, el equipo acumuló cuatro medallas olímpicas y un total de 52 medallas en campeonatos mundiales y europeos. Sin requisa, su salida en 2012 estuvo envuelta en una polémica.
“Fuera del agua, gorda”
El 6 de septiembre de 2012 Tarrés fue cesada de su cargo a través de una emplazamiento telefónica del presidente de la Positivo Tratado Española de Baño, Fernando Carpena Pérez, cuando aún le quedaban tres meses de anuencia.
Este despido marcó el inicio de una serie de acusaciones y polémicas sobre sus métodos de entrenamiento. Varias nadadoras la acusaron de malas prácticas, alegando que sus métodos eran antideportivos y que ejercía una presión psicológica excesiva sobre las atletas.
Las acusaciones se hicieron públicas a través de una carta abierta en la que se citaban frases supuestamente dichas por Tarrés como como “Fuera del agua, gorda” o “No estés tan contenta que los méritos no son tuyos”.
400.000 euros
Estas denuncias fueron la pulvínulo de su despido, aunque ella defendió que era una logística del presidente para documentar su salida por motivos personales. La entrenadora llevó el caso a los tribunales y ganó, recibiendo una indemnización de casi 400.000 euros.
A pesar de esta controversia, Tarrés continuó su carrera internacionalmente, trabajando con equipos de México, Francia, Ucrania, Israel y finalmente China. Su método, basado en el trabajo duro y la búsqueda de la perfección, ha sido criticado por algunos, pero igualmente ha demostrado ser efectivo, como lo evidencia el nuevo éxito en los Juegos Olímpicos.
Candidatura de Junts
Encima de su carrera deportiva, la entrenadora ha estado involucrada en la política catalana, formando parte de la candidatura independentista de Junts en las elecciones al Parlamento de Cataluña en 2017.
Mientras celebra este nuevo logro, Tarrés cierra un círculo personal y profesional, compartiendo el podio con España y Andrea Fuentes, quien fuera una de sus nadadoras.
Andrea Fuentes, plata con EEUU
La exnadadora española y presente entrenadora de zambullida sincronizada de Estados Unidos Andrea Fuentes ha conseguido la medalla de plata en estos Juegos. En tan solo seis primaveras, la de Valls ha conseguido dos éxitos para el equipo norteamericano: una plaza en unos Juegos 16 primaveras luego y subir al podio luego de dos décadas.
Fuentes compitió en tres Juegos Olímpicos entre 2004 y 2012, obteniendo un total de cuatro medallas: dos platas en Pekín 2008 y una plata y un bronce en Londres 2012. Su trayectoria igualmente incluye dieciséis medallas en campeonatos mundiales y europeos, consolidándose como una de las figuras más reconocidas en la zambullida sincronizada.
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