Una profesión arriesgada como la de un militar de élite: un ‘Boina verde‘- puede a veces truncar la vida de un soldado cualificado, preparado y condecorado, en una simple tarea de mantenimiento sin peligro, pura rutina y sin culpa. Adrián Roldán Marín ha tenido esa mala suerte, y fallecido esta semana cuando un colega suyo estaba limpiando armas y una se disparó accidentalmente.
A sus 30 años, este militar ya había hecho carrera en el Ejército, en el Grupo de Operaciones Especiales (VAMOS), e incluso iba a ampliar su visión profesional y su preparación porque pronto pretendía presentarse al examen para convertirse en Guardia Civil.
El soldado alicantino, en una imagen de archivo.
El año que viene iba a ser decisivo personalmente, porque iba a casarse ya con su novia formar a familia. Tantas ilusiones que se han derrumbado para esta pareja rota y para sus seres queridos, hundidos en la tristeza en San Vicente del raspeigdonde vivía, ciudad situada justo al lado del Cuartel Alférez Rojas Navarrete de Rabassa, en Alicante, donde encontró esta muerte prematura.
En su entorno lo definen como “muy estudiosoun presagio”, cualidad que ha sido corroborada por varios oficiales y comandantes que se encontraban en estas instalaciones militares donde se han llevado a cabo ejercicios de la OTAN cuando ocurrió el trágico suceso.
Una vocación que se había manifestado en operaciones Especiales en Jaca (Huesca), por ejemplo, y un valor para el que Medalla hacia Mérito militar con una insignia blanca, a la que ahora tristemente se sumará la amarilla, de forma póstuma por el devenir de su carrera.
Este sábado está previsto un acto militar para darle la bienvenida honores en un despedida seguramente emotivo para tus colegas, familiares y amigos