Expertos internacionales llevan desde hace tiempo denunciando las sustracciones de órganos en China a presos políticos o miembros de la secta Falun Batintín -una praxis espiritual oriental-. Pekín ha obtuso en todo momento las acusaciones, aunque en las últimas horas hemos conocido un caso estremecedor.
Cheng Pei Ming estuvo 14 abriles huyendo de la equidad china tras acontecer sobrevivido a una extirpación de sus órganos, aunque ahora ha decidido compartir tu historia.
Todo comenzó en el año 1999, cuando las autoridades del país le detuvieron por primera vez tras conocer que practicaba Falun Gon. Como decimos, se proxenetismo de un ritual centrado en la búsqueda de la verdad y en actitudes moralistas. El Partido Comunista Chino siempre ha considerado que se proxenetismo de una amenaza a su poder y por ello han perseguido de forma sistemática a quienes lo hacían desde hace dos décadas.
Pei Ming fue condenado en el año 2002 a ocho abriles de mazmorra por defender a sus compañeros que realizaban el ritual. En la prisión estuvo siendo sometido a varias torturas y investigación de familia, poco que realizaban las autoridades para evaluar cuál era la lozanía de los órganos que querían trasplantar.
Intentó quitarse la vida
Según el tabloide digital ‘Daily Mail’, en 2004 vivió un punto de inflxión cuando se trasladó a otra prisión. El hombre intentó suicidarse: se tragó un clavo oxidado y una hoja de afeiar para terminar con las torturas a las que estaba siendo sometido. Las autoridades lo trasladaron a la fuerza a un hospital y le comunicaron que tenía que firmar un formulario en el que prestaba su consentimiento para que le extirparan los objetos, aunque se negó a hacerlo.
Seis guardias le inyectaron un limpio de procedencia sospechoso. Perdió la conciencia durante tres días y descubrió que estaba liado a una cama con varios goteros intravenosos a su más o menos.
Sin confiscación, su sorpresa llegó cuando vio la incisión de 35 centímetros que tenía en el flanco izquierdo de su pecho. Le sacaron varias fotografías de su cuerpo mientras estaba en la cama, que fueron enviadas a una página web que comparte información sobre el alun Batintín.
“Este es un caso de golpe quirúrgica que tuvo como resultado el robo de partes de órganos, así como dolor y sufrimiento”, aseguró al medio anglosajón Wendy Rogers, presidenta del Consejo Asesor Internacional de la Coalición Internacional para Poner Fin al Exceso de Trasplantes en China.
“No sé por qué los médicos chinos extirparon partes del hígado y los pulmones del señor Cheng, pero sí sé que no tenía ninguna enfermedad que requiriera esta cirugía”, añadió. Tras exceder la operación forzada, fue trasladado nuevamente a la prisión de Daqing pese a los artículos secundarios que padecía. Sufría ahogo crónica y yerro de ventarrón. Durante un año y medio, estuvo sin ningún tipo de atención médica superando las extirpaciones de órganos a las que fue sometido.
En 2006 fue hospitalizado una vez más pero le comunicaron que tenía que someterse a una cirugía no especificada. Estaba a punto de enfrentarse a una homicidio casi segura. “Cuando me llevaron nuevamente al hospital y me dijeron que tenía que hacerme otra operación, pensé que seguro me iban a matar”, dijo a los funcionarios en EEUU.
Durante 9 abriles, este ciudadano chino estuvo huyendo de la equidad de su país. Se estableció en Tailandia hasta que la ONU le concedió el status de refugiado. Ya en 2020, completó su búsqueda de dispensa cuando llegó sano y excepto a EEUU. Ahora, ha decidido contar su historia para compartir las horribles experiencias que le impuso el Partido Comunista Chino. Lo hará por ejemplo en una conferencia en Washington a la que acudirán un gran número de altos funcionarios.
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