La niebla volvió a convertirse ayer en protagonista en la autovía A-8 a la importancia del suspensión do Fiouco, a su paso por Mondoñedo. La escasa visibilidad que este viario presentaba desde primera hora de la mañana originó dos accidentes a escasos 400 metros de distancia en los que se vieron implicados una decena de vehículos, con ocho personas heridas leves, entre ellas varios niños. El suceso se produjo en este punto bruno de la red gallega en torno a las 11.27 horas, cuando el Centro Integrado de Atención ás Emerxencias (CIAE) 112 Galicia recibió el primer aviso.
En el primero de los choques por la densa niebla se vieron involucrados tres vehículos, mientras que en el segundo, en el kilómetro 544, fueron seis los que impactaron en cautiverio. Al área fueron derivadas distintas unidades de emergencias, entre ellas varias ambulancias con cojín en Mondoñedo, Foz, Ribadeo, Vilalba y Lugo, que se encargaron de atender a los heridos, y los bomberos de Barreiros y a los de Vilalba, adicionalmente de efectivos de la Policía Restringido y de Protección Civil. No pudo movilizarse, sin incautación, ningún helicóptero oportuno a los problemas meteorológicos, que impedían que pudiese lograr a la zona, informaron desde el 112.
El casualidad ocurrido ayer, en un tramo que lleva primaveras siendo un auténtico quebradero de persona para los usuarios de este viario, revivió la tragedia sucedida hace diez primaveras -en julio de 2014- en el mismo área. En ese caso, otro choque en cautiverio en el que todavía había tres camiones, dejó una mujer fallecida y medio centenar de heridos que se vieron cegados por la niebla cuando trataban de atravesar O Fiouco.
En este caso, adicionalmente, las labores de rescate de los heridos se dilataron mucho a causa de las complicaciones que sufrieron los propios servicios de emergencias para arribar. Desde entonces, los esfuerzos por encontrar una opción delante la aparición de este aberración meteorológico que muchos conductores temen han sido titánicos y muy costosos, ya desde su proyección. Su inauguración se remonta a febrero de 2014 y supuso el colofón a una obra con un coste colosal. Doscientos millones de euros para dieciséis kilómetros. O lo que es lo mismo, doce millones y medio por kilómetro.
A dilación del láser
Luego de decenas de pruebas y ensayos, hace dos primaveras se instalaron unas balizas que mejoraron la visibilidad mientras se trabaja en la colocación de una luz láser que acabe de mitigar el problema. Un sistema que ganó un concurso de ideas en el que se hicieron todo tipo de propuestas -desde cortavientos a ventiladores-, pero que aún no cuenta con época de ejecución.