Brazadas para sanar las cicatrices del cayuco


Fatou (nombre ficticio) chapotea en la orilla, el agua casi nada le llega a las rodillas, y ríe y juega. Esa imagen es uno de esos regalos gratificantes que hacen que se llene el corazón del coordinador del Tesina Agua de la estructura de rescate Proemaid, Jorge Balcazar. Aunque es ordinario ver a niños y niñas canarios de la misma época, 7 primaveras, haciendo exactamente lo mismo en la orilla de la playa, para Fatou tiene un significado singular. Llegó hace casi nada unos meses en cayuco, y el miedo al agua que la había traído en un alucinación terrorífico a través de la Ruta Canaria era atroz. «No se acercaba al agua, no podía. Pisaba el agua y entraba en pánico», recuerda Jorge, pero «a través de juegos hemos conseguido que deje de ver el mar así», como esa tumba oscura que la trajo a Tenerife. «Bucea, juega en el agua y está oportuno» de descubrir de nuevo el mar.

Como Fatou, el Tesina Agua exploración cerrar ese trauma de los migrantes con el mar, que no queda en el fondo de los cayucos al desembarcar, sino que en muchos casos les acompaña como una herida de esa travesía buscando una vida mejor, a veces con un coste tan suspensión como perder a un amigo, a una causa o la vida propia. Jorge reconoce que se le escapan las lágrimas al escuchar a su compañero voluntario Ismaïla, gran bañista en su país y que se ha volcado con el Tesina Agua porque «el corazón no le junto a en el pecho». Lleva tres primaveras en Tenerife aproximadamente, aún esperando el tradición, y este mes de diciembre la Ruta Canaria se tragó sin piedad a su comunidad y a varios amigos. «Él perdió en diciembre a muchísimos familiares y amigos en una de las travesías y aún así te lo explica con resignación y una admisión extraordinario».

Un suspensión precio

Muchos de ellos, procedentes de Mali, Gambia, Senegal, Marruecos, Guinea Conakri y Namibia, entre otros países, embarcan en un cayuco pagando un billete a un precio suspensión en lo crematístico, y que se paga a veces con la vida, para atravesar la ruta más mortífera de Europa, muchos de ellos sin favor conocido nunca el mar y sin conocer nadar. Y no solo es eso, ven vencer a los suyos, les tienen incluso que tirar por la borde.

En Tesina Agua lleva trabajando en Tenerife desde hace tres primaveras, principalmente con migrantes adultos, aunque cada vez se les suman más asociaciones de acogida de menores, algunos «con un nivel anciano porque proviene de zonas pesqueras» y otros que «no saben nadar mínimo de mínimo» o que no se atreven a entrar al agua. Trabajan con más de 300 personas cada verano, en grupos pequeños y de forma personalizada.

El plan «tiene mucha admisión por todos los usuarios» y ya ha ido creciendo hasta atender ahora a unos 150 menores y 400 adultos. La asociación y el plan nació con profesionales de emergencia y rescate, pero a día de hoy ya se han integrado perfiles con conocimientos sanitarios, con sensibilidad con las personas desplazadas y incluso perfiles que aporten un buen nivel de baño.

Trabajan con ellos en dos clases semanales por familia, algunos «con temores brutales porque han perdido personas durante el trayecto», una pesadilla de «11, 12, 14 días, 15 días…», por lo que incluso hay psicólogos y voluntarios como Ismaïla que entiende a la perfección la situación. Vienen «con cicatrices físicas del trayecto, pero incluso las tienen adentro» y para cerrar ese daño establecen «diferentes dinámicas que agenciárselas revertir un poquito toda esta situación».


Algunos tienen miedo, otros saben nadar, pero otros no saben no habían nadado nunca antiguamente


reuters/borja suárez


Esta estructura trabaja con una media de 300 migrantes cada verano, este año ha aumentado plazas


reuters/borja suárez


Uno de los objetivos del software es que vuelvan a ver el mar como un puesto de paz y no como poco traumático


reuters/borja suárez

Hay tres puntos «muy importantes», señala Jorge a torrevieja news today, «revertir estos miedos y que dejen de ver el mar como un puesto hostil para que lo sientan como un puesto de paz y tranquilidad». Igual que «yo voy a al mar a surfear, a nadar o a hacer el deporte que sea y amo el mar, tratamos de transmitir esas sensaciones» para cerrar la herida. Otro de los objetivos del Tesina Agua es mejorar el nivel de baño de los participantes, tanto para quienes tienen un nivel bajo para mejorar la técnica como para aquellos que una antiguamente nadaron en su vida.

El compromiso de Jorge es firme, y por eso entrena tres o cuatro días a la semana para mejorar la técnica, y así intentar darles esas herramientas para que vayan mejorando en respiración, flotabilidad, desplazamientos o la propulsión pero, sobre todo, «que se sientan mucho mejor».

Diez primaveras sanando heridas

El Tesina Agua lleva tres primaveras prudente en la isla de Tenerife, pero su repaso empezó hace cerca de 10 primaveras. Nació a raíz del expansión migratorio de la zona del Egeo, cuando un familia de bomberos de Sevilla decidieron ir a la isla de Lesbos a realizar tareas de rescate. «Estuvimos haciendo tareas de rescate hasta más o menos junio del 2016» pero eso fue solo el inicio.

Nació de profesionales de la emergencia, bomberos, Rescate Naval y personal váter, pero pronto fue creciendo «porque al final todas las personas necesitamos portar por razones económicas, o huyendo de un conflicto, de la desavenencia, o por los motivos que sean» y, aunque la ruta a Lesbos quedó bloqueada, «siempre habrá rutas, como la del mediterráneo central o la Ruta Canaria».

Fue en un campo donde estaban acogidas muchas personas vulnerables cuando «nos dimos cuenta de que los adultos, los niños y niñas, le tenían pánico al agua» por lo que «les dimos la posibilidad compartiendo nuestra experiencia en el mundo de la baño y la repercusión fue muy importante». Desde ahí, solo quedaba crecer, y a la vez que ayudaban en rescates, en transporte y vigilancia, aumentaba el Tesina Agua de forma independiente.

Hoy Jorge mira a Fatou con satisfacción, porque aunque ni ellos ni nadie serán capaces de devolverle a aquellas personas que perdió, o esa inocencia que se quebró en el alucinación, con el agua por las rodillas al menos hoy el mar ha dejado de ser su enemigo.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *