Los secretos que esconden las cloacas de las antiguas termas de la villa romana de Noheda


Mientras labraba la tierra, allá por el 1984 del siglo pasado, la clan Lledó, propietaria de una finca agrícola por aquel entonces situada en Noheda, pedanía del término municipal de Villar de Domingo García (Cuenca), no podía salir de su asombro cuando descubrieron por casualidad poco insólito. En presencia de sus fanales comenzó a aparecer un baldosín romano figurativo de 231 metros cuadrados, el más ancho y mejor conservado no solo de España, sino de todo el Imperio hasta la término.

Desde entonces esa antigua villa romana de Noheda no ha parado de sorprender a los arqueólogos que desde 2005 llevan excavando este depósito de incalculable valía. Un demarcación que, luego de una serie de litigios por su propiedad, ahora los encargados de la papeleo son el Consistorio de Domingo García y la Diputación Provincial de Cuenca. Ahora, es esta distribución la que, año tras año, financia los trabajos que están sacando a la luz algunos de los secretos de esta importante propiedad perteneciente a algún importante terrateniente de la época o dominus.

Las excavaciones están vinculadas a un esquema de investigación otorgado por la Sociedad de Comunidades a la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y que este verano, en una nueva campaña arqueológica, han vuelto a tolerar a extremidad estudiantes universitarios contiguo con un comunidad de 16 alumnos de institutos de Secundaria de la ciudad de Cuenca, que es una de las principales novedades de este año.

«El objetivo es difundir cantera y que se sientan protagonistas», señala a torrevieja news today el director de las excavaciones y profesor de la Colegio de Humanidades de la UCLM en Cuenca, Miguel Bendito Valero, que informa de que los trabajos de este verano se ha centrado en dos ámbitos distintos. Por un costado, se están finalizando unos trabajos anteriores en el balneum o baños romanos, que han consistido en pincharse la vertedero o desagüe de las piscinas. «Es una laboreo dificultosa porque este oportunidad se encuentra en un estado de conservación muy bueno, pero es un espacio de muy reducidas dimensiones, de un metropolitano de cúspide por 60 centímetros de satisfecho. Así hasta cien metros de canalizaciones subterráneas», detalla.

Lo que han hecho es cribar casi todo el material extraído hasta el momento, pero faltaría otra pequeña parte, poco que se procederá a realizar en una nueva campaña arqueológica que comenzará a finales de este mes de agosto o principios de septiembre. De momento, lo que se ha enfrentado son cuentas de collar de pasta vítrea, distintas teselas que forman parte de mosaicos o muchos fragmentos del frigidarium o zonas de baño de agua fría en las termas romanas. «Con ello -apunta Valero- estamos intentando reparar la ornato parietal de la técnica del opus sectile de este gran espacio».

La secreto: una moneda o cerámica

«La vertedero del balneum está completamente anegada de impureza y todo el material que está saliendo está datado en torno al siglo IV d.C.», afirma Valero, que expresa su deseo de encontrar una moneda o una aposento de cerámica para conocer a ciencia cierta cómo terminó la grado álgida de ocupación del depósito. De momento, no ha habido suerte, aunque no pierden la esperanza, pues el material enfrentado está saciado de granito que tiene que enflaquecer para extraerlo.


Jóvenes estudiantes de institutos de Secundaria de Cuenca, en la campaña arqueológica de este verano en Noheda


UCLM

Por otro costado, se ha trabajado en otro punto en el que ya se hizo en la antedicho campaña, que es el gran salón cruciforme de más de 900 metros cuadrados y de, al menos, dos metros y medio de cúspide que se descubrió hace dos abriles, cuyas paredes y techumbre están derrumbadas. El responsable del depósito recuerda que «la villa romana de Noheda tuvo varios momentos de uso, siendo su momento más helado el siglo IV d.C., pero hay una reutilización en el siglo V y VI de diversas estancias ocupadas por nuevas comunidades basadas en una posesiones autárquica».

Esto quiere asegurar, indica, que «esos nuevos pobladores esquilmaban las estancias y reutilizaban los materiales para sacar algún beneficio financiero o, simplemente, subsistir». De hecho, cuenta que han enfrentado trozos de esculturas desmontadas y rotas intencionadamente no por una cuestión iconoclasta, sino porque las transforman en polvo de mármol. «Todos los principios suntuosos de la villa los desmantelaban para intentar venderlos o darles otro uso», puntualiza.

Según explica, fueron esos nuevos habitantes los que crearon una cementerio improvisada de ocho individuos que además se ha estado excavando en esta última campaña y que se encontraba por encima del gran salón utilizado en el siglo IV d.C. A prudencia de Valero, «ese espacio cruciforme además nos puede deparar alguna sorpresa como las que ya nos han transmitido otros espacios del depósito».

No en vano, el espacio total descubierto tiene una superficie 10 hectáreas, de las que casi nada se han excavado de momento cerca del 10%. Habrá que seguir esperando, pues, para desvelar los secretos que esconde este oportunidad, como la pregunta del millón: ¿Quién fue ese importante dominus propietario de la villa romana de Noheda?

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