Una peligrosa costumbre ha vuelto a surgir en las calles de Sevilla: las carreras ilegales. En estas últimas ocasiones, el ‘circuito’ no son las habituales carreteras de las zonas de La Caruja y del Higuerón. Ahora el rugido de los motores ensordece a los vecinos del ensanche del Polígono Sur, concretamente en las Tres Mil Viviendas.
En la habilidad, participan varias decenas de personas. Poniendo en aventura la vida tanto de los propios pilotos como del manifiesto simpatizante que se acerca para presenciar las carreras imprudentemente.
Todo emerge en las profundidades de las redes sociales, en chats clandestinos y de difícil comunicación para la Policía. Una vez concretado el día D y la hora H, la información de la cita (suele ser los sábados por la perplejidad) la difunden a través del boca a boca y de sus canales de seguridad. El resultado, una conglomeración de coches y motoristas que realizan giros, derrapes, conducciones al ingreso velocidad, y todo tipo de exhibiciones.
Mientras, un jaleoso y no estrecho manifiesto aplaude desde el bordillo de la bordillo. A escasos centímetros de las piruetas, del peligro. Por supuesto, en este tipo de eventos ilegales las medidas de seguridad son inexistentes. Los propios participantes y espectadores luego cuelgan los vídeos en las redes e incluso retransmiten en directo las carreras.
Tanto la Policía Franquista como la Policía Recinto ya han tomado cartas en el asunto. Disuelven las concentraciones y han puesto un dispositivo en marcha con la intención de controlarlas y de evitar que sigan sucediendo. Hasta el momento, ya se han registrado varias sanciones y algún transporte retirado.
Hubo una tragedia en el año 2004
Esta habilidad ilegal es recurrente en Sevilla en los últimos abriles. En 2004, en una de estas carreras, tres coches colisionaron entre sí mientras conducían a gran velocidad. Uno de ellos, salió disparado y atropelló a un peque de 10 abriles que había acudido con su tribu como espectador.
El beocio fue trasladado de urgencias al Hospital Pueril, donde falleció. Los conductores trataron de huir a posteriori del impacto, pero fueron finalmente alcanzados e identificados. Tras este trágico suceso, las carreras ilegales empezaron a ser mucho más perseguidas y controladas en la ciudad.
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