Un turista holandés de rodeando de vigésimo abriles murió el pasado 30 de julio en un edificio de Palma de Mallorca como consecuencia de la inhalación de monóxido de carbono. La Policía ha informado este lunes de que se trató de una crimen accidental, provocada por la nidificación de aves en el tubo del gas.
Según las autoridades, en el asfalto se alojaba un asociación de merienda jóvenes turistas procedentes de Países Bajos. Dos dormían en una habitación contigua al habitáculo en el que se encuentra el calentador de gas butano. La indeterminación del terrible suceso, uno de ellos no podía pernoctar debdo a un gran dolor de persona. Se levantó de la cama y encontró a su amigo tendido en el suelo. En un primer momento pensó que estaba durmiendo, pero seguidamente se dio cuenta de que no respiraba.
Entonces, llamó a los servicios de emergencias. Los agentes del Clan de Homicidios de la Policía Franquista y de Policía Científica se desplazaron al asfalto para vigilar las causas del incidente. Asimismo acudieron varias ambulancias. Los facultativos intentaron exceptuar la vida al turista realizándole maniobras avanzadas de reanimación cardiopulmonar. Pero este no respondió a los estímulos y los sanitarios no pudieron más que certificar su fallecimiento. El personal inodoro asimismo atendió al amigo de la víctima mortal, que presentaba fuertes dolores de persona.
Los agentes recabaron datos de los jóvenes, que comentaron que desde hacía dos días se percibía olor a gas en la casa. Los técnicos comprobaron que el tubo de marcha de gases se encontraba obstruido por el objeto de la nidificación de las aves del entorno, que habían depositado en su interior muchas hojas, hierbas y pajas para construir su semillero. Eso provocó que los gases de la combustión del calentador no pudiesen salir al extranjero y retornaran con destino a a espaldas, provocando una acumulación en gran medida peligrosa de monóxido de carbono en el cuarto de calderas y en las habitaciones colindantes.
La Policía tomó afirmación a la empresa mercantil que gestiona el arriendo de la vivienda, pero esta aseguró no tener conocimiento de problemas de olores de gas y afirmó que disponían de un servicio de mantenimiento que inspeccionaba las viviendas periódicamente.
Otras dos personas afectadas
Según medios locales, en el transcurso de las pesquisas, el amigo del fallecido volvió a encontrarse mal y tuvo que ser hospitalizado. De hecho, tuvo que ser tratado en la cámara hiperbárica para limpiarle la cepa de monóxido de carbono administrándole oxígeno a entrada presión. De alborada, otro pipiolo tuvo que ser evacuado asimismo a un centro inodoro al presentar síntomas similares al de su amigo.
No ha trascendido información acerca del estado de vitalidad de los otros ocupantes de la vivienda.
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