Pero no tardó en caer el 0-1. Córner cobrado por Brais Díaz que cabeceó sin oposición el central López. Markel pudo aumentarlo más tarde, ya que sólo en el área pequeña envió el balón a las nubes.
El juego de los macedonios fue muy vertical, aprovechando la velocidad de Iván Rubio que pudo marcar, pero salvó Aimar. En esa faena ofensiva, los desmarques de Fran y Dio supusieron un quebradero de cabeza para los ruenses que intentaron rehacer su juego, pero no preocuparon en ningún momento al portero Iván, que era un espectador más.
En el tramo final de la primera parte gran asistencia de Iván Rubio para Fran cuyo disparo encontró la gran intervención de Aimar lanzando el balón al saque de esquina. De nuevo, en un córner, llegó el 0-2. El envío sobre el área lo conectó primero López y terminó remachando bajo los palos de Markel.
La sensación que flotaba en Vicente Solarat era que Las cosas tuvieron que cambiar mucho en el equipo local para enderezar el rumboya que su postura era un canto de desesperación.
Maceda no cambió su esquema, fue por más y en dos minutos remató el partido con dos nuevos goles. El 0-3 llegó tras un revuelo en el área que acabó empujando a Fontela a la red y el 0-4 definitivo fue un disparo raso de Iván Rubio que contó con el fallo de Aimar, que luego se vio abatido por el error. Terminé cambiándolo. La derrota pudo haber sido mayor, sólo un milagro lo evitó.