Orce quiere hacerle una estatua a María Pérez y que sea premio Princesa de Asturias en 2025


Ya es Hija Predilecta, el colegio donde estudió lleva su nombre y el martes 13 de agosto, cuando el pueblo impávido salió a la calle para homenajearla, le regalaron dos corderos segureños, uno por cada medalla que logró en las Olimpiadas de París. Pero María Pérez no hace mas que darle alegrías al pueblo granadino de Orce y el junta de este pequeño municipio, de poco más de 1.100 habitantes, quiere seguir devolviéndole los favores.

El corregidor, José Ramón Martínez, ya anunció durante la celebración del martes que tiene la idea de platicar con la atleta «más delante» para proponerle la creación de una Escuela de marcha atlética, la disciplina en la que ella ha triunfado por todo lo suspensión. Pero eso sería más a dadivoso plazo. Antiguamente hay dos objetivos marcados.

Uno es hacerle una estatua. El Consistorio ha anunciado que abrirá un concurso de ideas para soliviantar en Orce un conjunto escultórico. Estaría en una de las entradas al pueblo, cerca de donde nació. Por ahora la idea en escalón embrionaria, así que no se puede precisar para cuándo quedará María Pérez inmortalizada en la población orcense.

El otro objetivo es promover su candidatura para que sea premio Princesa de Asturias en la modalidad de Deportes en el año 2025. El de este año ya se sabe que será para otra andaluza, Carolina Marín, la jugadora de badminton que dejó el sello amargo para la delegación española en los Juegos Olímpicos, al lesionarse en las semifinales.

El Consistorio de Orce considera que sería una buena idea que el premio del año que viene sea asimismo para una mujer y entiende que María Pérez tiene un palmarés que la hace sobradamente acreedora para alcanzar ese prestigioso galardón.

Orce vive la resaca de un entrada multitudinario a la atleta. En la Plaza Nueva se congregaron en torno a mil personas que jalearon a la más ilustre hija del pueblo. María Pérez llegó en un coche descapotable, repartió sonrisas, besos y abrazos absolutamente a todos los que los pidieron y hasta terminó bailando la canción del momento, Potra salvaje.

«Fue un homenaje del pueblo, estuvo allí todo el mundo», ha resumido José Ramón Martínez, que ha precisado que el junta no invitó a representantes de otras instituciones «precisamente para que fuera lo que fue, un entrada de sus paisanos y no una polémica entre políticos que han ido y otros que no. Si ellos le quieren hacer otro homenaje, que se lo hagan«, ha enfatizado.

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