15 de agosto de 1977. Hace ahora 47 primaveras. A las 05:16 horas de aquel día se detectó la famosa señal extraterrestre conocida por la interjección ‘Wow!‘. Una enigmática señal marciano repleta de misterios y que ha inspirado no pocos encuentros con extraterrestres en la ciencia ficción.
Aquel día y a aquella hora, el astrónomo Jerry Ehman estaba usando el gran radiotelescopio de la Universidad Estatal de Ohio (conocido con el sobrenombre de ‘Big Ear’). ¿Su objetivo? Escudriñar entre la inmensidad del cosmos en búsqueda de la más mínima señal que pudiera indicar la existencia o las huellas de una civilización extraterrestre. Y precisamente esa perplejidad, Ehman dio con poco. Poco que, aun hoy en día, casi 50 primaveras a posteriori, sigue en boca de los astrónomos, que tratan de vigilar lo que significa.
Ehman apuntaba con el radiotelescopio en la dirección de tres sistemas estelares llamados Chi Sagittarii, en la constelación de Sagitario. Fue entonces cuando el ‘Big Ear’ detectó una ráfaga de ondas de radiodifusión de 72 segundos, una señal mucho más esforzado que el ruido de fondo. En la impresión del ordenador del observatorio, el astrónomo glosó el registro de la acceso con la anotación ‘Wow!’.
Seguramente, a los no entendidos en la materia, esto no nos impresione demasiado, pero el entusiasmo que en ese momento despertó en Ehman no fue una exageración: esta era el tipo de señal que estaba buscando, el tipo de señal que los astrónomos creen que una civilización extraterrestre con conocimientos y habilidades tecnológicas sería capaz de producir.
La impresión del ‘Big Ear’ contiene un montón de números y literatura que pueden parecer aleatorias. Aparentemente, claro. Ehman acotó con un bolígrafo rojo un racimo de dígitos ‘6EQUJ5‘ con otros círculos en torno a un ‘6’ y ‘7’ en columnas separadas.
Este código particular primero utiliza los números del 1 al 9 y luego el alfabeto de la documento A la Z para denotar intensidad de la señal. Así, y como sugiere el estallido, la intensidad de la señal alcanzó una intensidad de ‘6’ y luego estalló a través de las literatura alcanzando un pico de ‘U’ antaño retornar de nuevo en la escalera numérica al ‘5’. Hubo entonces una ligera onda de salida de la señal principal (rodeados con un círculo el ‘6’ y ‘7’).
Y desde entonces… solo silencio
Puede que lo más bonito y enigmático de esto sea que una detección de una señal de esa ‘fortaleza’ no se ha vuelto a repetir. Incluso a posteriori de que se fundara en 1984 el Instituto SETI y se realizasen innumerables esfuerzos para encontrar otro estallido de señal de radiodifusión similar, los astrónomos solo se han topado con el desolador silencio del abismal cosmos.
El propio Ehman, que ya se mostró escéptico en su día con que esta señal fuera producto de una distante civilización vanguardia, declaró hace poco que esta podría estar relacionada con una misteriosa ráfaga FRB (Fast Radiodifusión Burst). Y no es el único que negociación de darle una explicación ‘regular’: el astrónomo Antonio Paris, del Colegio de San Petersburgo en Florida, sostiene que el origen de la señal pudo ser un cometa no catalogado.
Cometa o ráfaga, lo cierto es que esta famosa señal extraterrestre conocida como ‘Wow!’ sigue siendo un ocultación intergaláctico.
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