Una veintena de jóvenes esperan a las puertas de una de las cuatro torres de Madrid en la zona financiera de la ciudad. Vemos caras alegres, risueñas, tienen ganas de demostrar que merecen ese puesto de trabajo pero no lo van a hacer en una entrevista cualquiera. Lo van a demostrar jugando a videojuegos.
Los candidatos
Hablan entre ellos, se intercambian nombres y cuentan qué han estudiado. “Solo nos han dicho que venimos a divertirnos”, “que nos lo pasemos perfectamente”, “es poco muy diferente a lo que estoy acostumbrada”, nos cuentan Sandra, Paula y Carlota, tres de las candidatas que se presentan a este proceso de selección. No hay ansiedad, ni currículums. Aquí han venido a competir.
Los reclutadores
Ver a los candidatos jugando a videojuegos permite observar aptitudes y actitudes que de otra forma no se pueden ver. No hay currículum que incluya el comportamiento, aunque ellos no saben a lo que vienen. “Solo les hemos dicho que será diferente y así valoramos cosas que no se suelen valorar en una entrevista tradicional”, nos cuenta Lisardo Gabriel, responsable de talento en Cepsa. De esta forma “trabajan en equipo, quien es más flexible a la hora de designar los roles, cómo gestionan la presión, el tiempo, quién lidera la dinámica frente a quién se echa un poco para detrás”, detalla Sergio Yáñez, director de innovación de Psicosoft, la empresa encargada de aguantar a lado esta dinámica.
Esta utensilio es cada vez más utilizada por empresas que buscan enterarse talento de una forma divertida, diferente e progresistaa.
