Originalmente, con uno y otro eventos se pretendía recuperar “todo o patrimonio etnográfico relacionado co ciclo do pan na pueblo”, según apunta Pablo Rodríguez, presidente de la asociación municipal del pueblo.
Una vez recuperado, llegó el momento de poner en valencia la civilización inmaterial asociada a ese patrimonio, con la expansión de las distintas fases del ciclo del pan: “A sega, a malla, que agora nos ocupa, a moenda nos muíños do río Mao e a fornada no forno comunicatorio”, añade el responsable.
En paralelo, se decidió dotar de contenido a la fiesta, y de ahí que se creara una feria para resaltar los oficios tradicionales y los productos artesanales locales.
La feria abrió al manifiesto a las 16,30 horas con puestos de bisutería, libros, bisutería, ropa, cerámica, miel, quesos, licores, pan o dulces. Poco a posteriori tuvo empleo el pregón inaugural, a cargo de la poeta lucense Ana Vila Portomeñe, que hizo un alegato en defensa de las mujeres labregas, a las que homaneja esta estampación.
Por la tarde incluso hubo demostraciones acerca de la elaboración de pan en el horno comunitario de Puxedo.
Malla tradicional
Tras un espectáculo de Cé Orquestra Pantama, a las 19,00 horas dio inicio la comitiva de los malladores por las cuatro eiras del pueblo, próximo a la Charanga El Tatoo. Su itinerario concluyó en la conocida como Eira da Carballa, con una representación de la malla tradicional del centeno, tanto a mano con los mallos, como con máquinas de los primaveras sesenta, y en donde los vecinos fueron los auténticos protagonistas.
Finalmente, la representación dio paso a una cena popular compuesta por productos típicos de la malla en la praza de San Antonio, a la que siguió una verbena con discomóvil y DJ.
Colaboración institucional
La Xunta de Galicia colaboró por primera vez con el evento a través de la Fundación Artesanía de Galicia, que ofreció dos obradoiros gratuitos.
En representación del Ejecutante gallego, ayer se desplazaron hasta Puxedo el director xeral de Comercio e Consumo, Gabriel Alén, acompañado por Elena Fabeiro, director de la Fundación.