María Callas, la soprano que supo aunar Bel Canto y Teatro


“Antes de que empiece a cantar, hazle caso… sin cantar una sola nota, en esos momentos, con esa mirada, y con esa expresión, el personaje está ahí“. Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real de Madrid resume la esencia de un personaje irrepetible: Maria Callas.

Nacido en 1923 en Nueva York, aunque Su esencia es griega hasta la médula. Su vida oscila entre la tragedia y la gloria. Rechazada y explotada por su propia madre, abandonada por el gran amor de su vida, marcada por una maternidad frustrada, también conoce el éxito con mayúsculas.

María Callas se formó en Atenas con la legendaria cantante española Elvira de Hidalgo

De ella canta Ópera No es sólo cantar, es vivir los personajes… Es decir, María Callas es cantante de ópera y también actriz que cantaba”, continúa Matabosch. “Da la impresión de que realmente era alguien muy expuesta y con muy poca infraestructura a su alrededor para defenderse personalmente de este acoso sistemático al que estaba sometida. se sometió. a lo largo de su vida”, concluye la experta, refiriéndose a lo vulnerable que muchas veces se sintió la soprano en su ámbito más personal.

Uno de los papeles favoritos de Callas fue ‘Medea’, que se representa en su honor en el Teatro Real de Madrid. La interpretó en escena más de 30 veces y la llevó al cine con la ayuda del director italiano Pier Paolo Pasolini. Teatros de todo el mundo han programado esta ópera de Cherubini como homenaje a la diva en el centenario de su nacimiento.

María Callas fue una de las pioneras en añadir teatralidad a la ópera

“El gran reto de interpretar ‘Medea’ es que es un redoble muy largo, que se canta en una tesitura, en una zona de la voz que es muy central y muy seria.“Es muy difícil para una soprano para una mujer, que es un área muy conflictiva”, explica Saoia Hernández, la encargada de encarnar a este personaje creado por Eurípides en la producción que se representa actualmente en el Teatro Real de Madrid. Su muerte se produjo en París en 1977, con un terrible sentimiento de soledad, la ópera ha cambiado mucho, sí, pero Callas siempre será un referente.

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