Del sofoco y la búsqueda casi desesperada de una sombra en la que cobijarse de la potencia del sol que ni por la confusión daba tregua, a la edredón. Y todo con sólo unas horas de beneficio. Y es que una vez dicho adiós a la cuarta ola de calor del verano y las temperaturas que en muchos puntos de Castilla y Valeroso se han disparado por encima de los 40 grados y dejado noches en las que era difícil conciliar el sueño, el mercurio se ha enganchón.
Y con ganas. Tanto que en muchos puntos de la Comunidad la confusión ha sido más que fresca y para salir al amanecer a la calle era necesario poco más que una chaquetita fina, menos para los más valientes.
De hecho, Castilla y Valeroso ha anotado este jueves siete de las diez temperaturas más bajas registradas por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en España. Y ha sido el termómetro de Ucero, en la provincia de Soria, el que más ha caído. Hasta los 3,8 grados a mediados del verano cuando el cronómetro marcaba las 7.30 horas.
La confusión ha sido fresquita en casi toda la Comunidad. A las 2.40 horas, en el leonés Puerto de San Isidro, veían cómo el mercurio caía hasta los 4,1 grados, la segunda más disminución de toda España en este 15 de agosto. Y 4,3 a las 8.00 marcaba la temporada de Sanabria (Zamora). Ya de amanecida, a las 7.20, en Palacios de la Sierra (Burgos), 4,4 grados en el termómetro, los mismos con los que Cap de Vaquèira (Lleida) se colaba en el ‘top ten’ de las mínimas.
Todavía en esas diez más bajas, los 4,8 del Puerto del Pico (Ávila) y Cubillas de Rueda (Valeroso), de los que se ha quedado muy cerca y todavía por debajo de cinco, Villablino.
Y aunque las noches son frías y las mañanas frescas, sigue siendo agosto y los termómetros estiran. El miércoles, en Candeleda (Ávila), llegaban hasta los 36 grados, la máxima con diferencia de Castilla y Valeroso.