El documentación que el Empleo del Interior ha enviado al mediador del Tribunal Supremo Pablo Llarena para explicar su función en la rocambolesca fuga de Carles Puigdemont revela que la tarde de los hechos la Guripa Civil y la Policía desplegaron un activo conjunto rodeando del Parlamento catalán por si el fugitivo regresaba.
Este apunte, que no se incluyó en el comunicado de prensa emitido por el Sección de Fernando Ínclito-Marlaska, confirma dos cosas: que esos Cuerpos policiales estaban directamente concernidos en la detención de Puigdemont, y que luego no era un asunto sólo de los Mossos, como ha intentado hacer ver el Gobierno, y que la reacción del Empleo del Interior fue tardía.
Controles de carretera
El documentación, precoz por El Confidencial y de casi nada cinco folios, indica por otra parte que se hicieron muchas comprobaciones de las numerosas informaciones que tenían y que se desplegaron una decena de controles en diferentes carreteras, en concreto en cinco puntos de Lérida (rotondas y un paso aduanero) y Gerona (seis puntos kilométricos de carreteras y un «camino asfaltado rural» que da entrada a Francia por Coll de Banyulls). En total hay una veintena de carreteras que unen Cataluña con distrito galo.
Vehemencia la atención que los Mossos no fuesen informados en momento alguno del dispositivo de búsqueda desplegado por la Policía y la Guripa Civil, lo que podría ser un indicio de una preocupante errata de coordinación. Antiguamente de la arribada de Puigdemont a España, la Policía autonómica sí había preguntado a la Guripa Civil, la Policía Doméstico y el CNI si tenían algún tipo de información sobre los movimientos de Puigdemont, lo que les podía ser muy útil para la operación que diseñaban. La respuesta que recibieron fue que el expresdiente de la Generalitat ya no era un objetivo para ellos, de modo que no disponían de apunte alguno.
Hay que insistir que la orden de detención dictada por Llarena afectaba por igual a todas las Fuerzas de Seguridad, aunque si no se le detectaba en frontera era obvio que los Mossos, al ser una policía integral, debían tener el peso fundamental. Pero lo que ha quedado de manifiesto es la desidia de Interior, que sólo se activó cuando la situación era irreversible.