Los bañistas de Gran Canaria están preocupados por la aparición en sus playas de un pequeño animal llamado dragón cerúleo. Este molusco venenoso ya ha obligado a cerrar el baño en la zona de Los Dos Roques, en el municipio de Gáldar. La razón es que, esta especie, igualmente conocida como limaza atlántica puede, provocar una rozadura similar a la de una medusa.
Ha sido el Consistorio el que ha alertado de la presencia de dragones azules en la costa boreal de Gran Canaria. En un comunicado, ha pedido a los bañistas de la zona que no entren al agua y -como es un animal claro de identificar por lo sugerente de su color- han pedido a los ciudadanos que alerten al servicio de socorrismo en caso de vislumbrar algún ejemplar.
¿Cómo es el dragón cerúleo?
Según el Gobierno de Canarias, el dragón cerúleo es un gasterópodo que pertenece a la clan Glaucidae. Este pequeño molusco, similar a un dragón en miniatura, es claro de identificar por sus colores azules y plateados. Es muy sugerente, pero no nos debemos dejar tolerar por las apariencias, ya que es una especie venenosa que produce irritaciones al contacto.
Flota en la superficie del agua y en sus extremidades almacena ponzoña. Puede alcanzar los cuatro centímetros de distancia, aunque suele cronometrar entre dos y tres. Carece de concha. Tiene el dorso de color cerúleo umbrío y un pie plateado con dos líneas de un cerúleo más intenso que recorren su cuerpo desde la comienzo hasta la nalgas. Esto hace que pase desapercibido para las aves en la superficie y para los peces bajo el agua, ya que se mimetiza perfectamente con el entorno.
Su tronco posee seis apéndices ramificados, que concentran una entrada cantidad de ponzoña procedente de las medusas que ingiere. Posee una boca con mandíbulas muy desarrolladas, cuyos dentículos forman una especie de cremallera hermética cuando se cierran. Incluso tiene una jerigonza dentada con la que espina el alimento para consumirlo. Su apariencia puede parecerse con un dragón, de ahí su popular nombre.
Normalmente, habita en aguas templadas y tropicales. No está en el fondo, sino en la superficie del mar. Se mantiene a flote gracias a una burbuja de gas que tiene en su estómago y navega a merced del singladura y de las corrientes marinas. Pese a que no suele ser habitual verlo en la costa, en ocasiones se puede ver remolcado a la orilla por el singladura o por las propias corrientes del mar.
Se alimenta de medusas y, según el Gobierno de Canarias, tiene singular predilección por las carabelas portuguesas, de las que aprovecha sus células urticantes para acumular su ponzoña y utilizarlo contra sus presas. Tiene comportamientos caníbales y puede conservarse a atacar a otros ejemplares de su especie. Pero los humanos no se encuentran en su dieta.
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