El tesoro oculto que pocos conocen de Tabarca, la isla habitada más pequeña de España


Datar en barco desde Santa Pola o Alicante, pasear por la zona amurallada y degustar un arroz (caldero) con delicias marinas para regresar al caer la tarde posteriormente de echar el día en Tabarca. Suele ser el plan de miles de turistas en estas fechas al inspeccionar la isla habitada más pequeña de España.

Y sin confiscación, hay otros alicientes para la excursión, no necesariamente para una caminata, porque siempre queda la opción de quedarse si se reserva alojamiento in situ. El auténtico ‘fisco‘ que está más oculto a la pinta de la mayoría se encuentra sumergido, en su pradera de Posidonia pretendiente a Reserva de la Biosfera de la Unesco, que ya está protegida desde 1986 como reserva óleo.

«Las aguas son muy transparentes, con un espesor efectivamente iluminado entre 22,5 y 47,5 metros de profundidad, esto permite que las plantas puedan comportarse a mayores profundidades y por lo tanto que las comunidades biológicas sean especialmente ricas», describen en la web del Cabildo de Alicante.

Por otra parte de propiciar la profusión de especies pesqueras, en una parte de su sustrato apacible domina la pradera de Posidonia oceánica, «especie muy importante pues, por otra parte de producir gran cantidad de oxígeno y ser la cojín de las cadenas alimentarias, estabiliza los fondos arenosos y evita consecuentemente la abrasión; tiene un papel comparable al de los bosques en el medio terráqueo».

En cuanto a su sustrato duro o rocoso, «viven diversas especies de algas, adaptadas en función de la cantidad de luz que reciben, las más superficiales son las algas verdes, ricas en clorofila, y las más profundas son las algas rojas, que poseen otros pigmentos más eficaces para comprender la beocio intensidad luminosa».


Vistas de la playa de la isla


JUAN CARLOS SOLER

En definitiva, un espacio especialmente interesante para practicar chapuzón por su cuenta o con ayuda de especialistas en snorkel, que trabajan en colaboración con las compañías de cruceros a la isla desde la península, para contemplar peces, algas, arrecifes, entre playas y calas. Algunas imágenes de estos paisajes submarinos se pueden ver en esta web.

Esta riqueza oceanográfica ha favorecido, por otra parte, otra biodiversidad terráqueo, la de las aves, que igualmente se puede utilizar en una ruta ornitológica a este real «paraíso natural en el Mediterráneo» incluido en la Red Naturaleza 2000. Un práctico explica al visitante la información sobre aves marinas, migratorias y autóctonas en su hábitat natural, por ejemplo, su comportamiento y características. Así lo señalan en la web de Turisme de la Comunitat Valenciana, dependiente de la Generalitat.

Esta primera reserva óleo declarada en España y la única de la Comunidad Valenciana se ha convertido en un enclave consumado para la observación de aves marinas, con una población residente de cormorán moñudo y un importante espacio de nidificación para varias especies, como la gaviota de Audouin y la patiamarilla o el vencejo global, el abubilla y el cernícalo (Falco tinnunculus). En el fondo del mar alberga invertebrados y hay además mamíferos marinos, entre los que se pueden alcanzar delfines (mular y lista), que a menudo se acercan a la isla para alimentarse y descansar, tal como indican en la misma página oficial.

A lo amplio del trayecto, el vademécum señala puntos de observación estratégicos donde alcanzar aves como por ejemplo charranes, gaviotas, pardelas y muchas más, con las vistas de la isla.

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