hay «gran presión a las familias»


Los planes experimentales de inmersión gramática del catalán en las aulas de la Comunidad Valenciana fueron elegidos voluntariamente por las familias para sus hijos, al menos sobre el papel. Según la asociación Hablamos Gachupin, la efectividad dista mucho de eso, porque en muchos casos se les conminó con fuertes «presiones» a refrendarlos en contra de su criterio y voluntad.

De entrada, aplauden la atrevimiento anticipada recientemente por el conseller de Educación, Universidades y Empleo, José Antonio Rovira, de que no van a continuar, aunque esperan otras medidas para profundizar en esa estría. «Nos alegramos de que se supriman el próximo curso los planes experimentales de inmersión obligatoria, que eran antipedagógicos y contrarios al entorno forense válido», valoran.

No obstante, además quieren nombrar la atención sobre un detalle en concreto, de las cuotas idiomáticas en el horario hábil que van a perdurar y su defensa por los precedentes de estos programas impulsados por el precedente Gobierno autonómico, liderado por el socialista Ximo Puig y con Compromís al frente de este sección.

«El guía ha anunciado que los alumnos sometidos hasta ahora al plan real tendrán una proporción anciano que el resto de clases en valenciano, porque sus padres habían predilecto ese maniquí, pero no se ajusta a la efectividad», matiza la entidad presidida por Delicia Lagunajo.

En concreto, se refiere al contexto de esa supuesta voluntariedad: «Los centros aprobaban esos planes en medio de una gran presión, de la que tenemos testimonios en nuestra asociación, y a pesar del descontento de un tercio de los representantes de las familias», asegura.

Su relato de ese clima de imposición del precedente mandato, con la Ley de Plurilingüismo, da más detalles. «Adicionalmente, en el caso de los centros con familias más concienciadas sobre sus derechos, aunque los Consejos Escolares rechazaran el plan, con posterioridad la Consejería los aprobaba», denuncia la presidenta de Hablamos Gachupin.

Por esta razón y por equidad, reivindica a los actuales dirigentes autonómicos que no mantengan porcentajes idiomáticos más elevados de valenciano, sino que dejen a los progenitores arriesgarse plenamente la franja vehicular de todas las asignaturas en la enseñanza de sus hijos, menos de la propia materia de franja.

Máxime, cuando se parte de una efectividad discriminatoria, a su seso. «Le recordamos al guía Rovira que hay muchos centros sin plan real en los que no se cumple ni el 25% de troncales en gachupin y uno de ellos es el colegio para el que hemos rematado una sentencia a nuestro protección y aún no se ha ejecutado», concluye.

Sobre esta otra efectividad, Hablamos Gachupin ya reveló algunas argucias como contabilizar en las horas lectivas en castellano exclusivamente Religión, horas de tutorías para hacer los deberes o hacer consultas a los profesores e incluso el tiempo dedicado a funciones de teatro, tal como publicó torrevieja news today.

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