Estupefacción en el sector ante las críticas a los turistas: «Es un sentir minoritario»


Con frases como «si cae una proyectil en Mera quedan sin tontos en la Meseta« o »espacio escapado de ‘fodechinchos’«, el almacén Puerto Martina Baar, situado en la entrada coruñesa de Oleiros, anunciaba su obturación durante una de las temporadas de más ajetreo en la época veraniego: el puente de agosto. Una audacia fomentada, según los dueños, por la «prepotencia que atesora esta parentela» –en relato a los turistas– y no «desvirtuar el esquema auténtico» para el que fue concebido el negocio, que rápidamente desencadenó un debate a nivel doméstico. La batalla campal se hizo documento en las redes sociales, donde los comentarios negativos de quienes tomaron ofensa en el anuncio contrastan con los de aquellos que comparten la opinión de que Galicia está afectada por un supuesto turismo de masas. Por su parte, el sector recibió la mensaje con sorpresa, en presencia de lo que consideran un «advertir minoritario» propiciado, en parte, por una corriente crítica con esta actividad que se está «contagiando» de otras zonas del país.

Así lo explica en conversación con torrevieja news today el presidente del Consorcio de Empresarios Turísticos de Sanxenxo (Pontevedra), Alfonso Martínez, que recibió la mensaje con «estupefacción». Unas declaraciones «preocupantes» que se pueden «retornar en contra» de uno de los motores económicos no solo de los pueblos costeros, sino de toda la Comunidad. «La población almacén igualmente sufre de alguna forma los inconvenientes que puede tener el aumento de población», reconoce, sobre todo en localidades pequeñas que reciben gran afluencia de visitantes en verano, pero esta animadversión es, en su opinión, un «advertir minoritario» internamente del sector.

«Lo que pasa es que cuando determinado incremento la voz y dice poco que fogosidad la atención es común» que sea «mensaje», pero en Sanxenxo, indica, «no tenemos esa percepción para cero, porque directa o indirectamente, aquí todo el mundo vive del turismo«. Eso sí, añade que «parece que hay una corriente» crítica «que viene igualmente de otros lugares de España y que se está ‘contagiando’» aquí. Les «fogosidad la atención», dice, aunque no les genera una «preocupación extrema». «Al final, sabemos que ahora en Sanxenxo, por ejemplo, estamos en la época más suscripción y hay muchísimos turistas, que son bienvenidos».

Para él, en todo caso, el futuro pasa por avanzar cerca de un «turismo de calidad», que es «lo que queremos todos». Y no en lo que al poder adquisitivo de los visitantes se refiere, sino a su capacidad para «integrarse con el pueblo», con el «entorno», y conocerlo de una forma «sostenible».

Ni acordado ni fiel a la efectividad

Lo mismo opina el presidente de la Asociación de Profesionales del Turismo de A Costa da Morte, Pepe Formoso, un destino cada vez más popular con grandes atractivos como los parajes naturales de esta parte de la costa coruñesa, su patrimonio o su cocina. Ellos, reconoce a torrevieja news today, no se sienten «para cero identificados con esos comentarios» que, en todo caso, considera que se dan «en momentos puntuales y por parentela determinada». «Que se amplifiquen este tipo de comentarios […] deja en muy mal área al sector hostelero de Galicia«, lamenta. «Que sepamos, en A Costa da Morte no salió ningún comentario de este tipo» y, «de hecho», continúa, «ese término no es nuestro, es del sur», distanciándose del término ‘fodechincho’ que a tantos ha ofendido en redes estas semanas, un descalificativo dirigido especialmente cerca de los turistas madrileños. En esta zona paradisíaca de la Comunidad «no hay masificación», indica, y los «comportamientos incívicos» que se puedan dar no «tienen que estar solo relacionados con el turismo», por lo que, adicionalmente de admitir la mensaje con «disgusto», ni la considera ni «reto» ni fiel a la «efectividad».

«Estos comentarios no son cero agradables», y los equipara palabras como «turistificación» o «turismofobia», que «hay que utilizar con mucho cuidado« y que, en su opinión, no se adaptan a la efectividad gallega. »Es cotilla que en Galicia se comienzo a balbucir de masificación, sobre todo en puntos calientes como Santiago« cuando »durante todo el año« tienen »un nivel de ocupación del 50%«, exceptuando momentos de tensión en determinadas épocas. Una situación que compara a la de otras ciudades, como Venecia, donde el problema está documento »todo el año« y que, en todo caso, se debe chocar mejorando »la calidad de los servicios«.

Yerro de servicios y personal

En la misma radio, Marcos Comesaña, presidente de la Asociación de Empresarios y Comerciantes de Baiona (Pontevedra), considera que se negociación de una opinión «muy particular», que se suma a que «la parentela está un poco irascible, este año excepcionalmente». Según explica a torrevieja news today, de lo que está cansado el sector «es de que es mucha parentela de shock«, pero »nosotros no tenemos ningún problema con los turistas« más allá de situaciones puntuales y aisladas, que no son exclusivas a la parentela de fuera. Eso sí, tiene claro que »si conviertes un pueblo de 12.000 habitantes en uno de 60.000«, los servicios, »por mucho que pretendas« que sean suficientes, no lo son. Poco a lo que hay que añadirle que »la hostelería tiene una demanda de personal proporcionado importante estos últimos abriles« y »no hay formaciones profesionales cercanas de hostelería y de ramos específicos«, que se traduce en una »escasez tremenda« de profesionales. Un problema que es delito «de todos», incluidos clientes, empresarios y delegación, asegura.

Para Comesaña, «hay que inquirir el contrapeso« antiguamente de entrar a constreñir la situación tan »drásticamente« y con un calificativo «tan feo a personas que al final vienen a tu pueblo a traer efectivo», que «nos ayuda a mantenernos económicamente durante el resto del año en villas turísticas como la nuestra». Y concluye: «Nosotros somos un pueblo de acogida».

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